Aunque el intercambio de fuego no ha causado víctimas ni daños en ninguno de los dos países, la muerte de Samir Kantar, comandante de Hezbolá, en un ataque atribuido a aviones israelíes este domingo en Damasco, podría agravar las hostilidades entre ambas naciones.
El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) aseguró haber disparado tres cohetes la tarde de este domingo contra el norte de Israel en “una respuesta simbólica al bombardeo israelí que mató a Kantar”, quien coordinaba operaciones de apoyo al régimen sirio.
Los cohetes fueron lanzados desde el sur de la ciudad libanesa de Tiro e impactaron en una área despejada cerca de la ciudad israelí de Shlomi, en el oeste de la región de Galilea, por lo que no provocaron afectaciones, de acuerdo con reportes del periódico local Haaretz.
Las FDI confirmaron que respondieron esta noche a la agresión con fuego de artillería hacia el sur de Líbano, y aclararon que “el ejército libanés es el responsable de las actividades en su país” y advirtieron que actuarán contra cualquier intento de dañar a Israel.
Agregaron que por ahora no hay cambios en las instrucciones de seguridad, pero que se mantendrán atentos para evaluar la situación, “estamos listos para impedir cualquier posible amenaza contra los residentes israelíes”, puntualizaron en un comunicado.
El intercambio de hostilidades en la frontera se produjo después de que Hezbolá anunció la muerte de Kantar, quien pasó años encarcelado en Israel por el asesinato de una familia judía en 1979 y fue liberado por un intercambio de prisioneros en 2008.
El grupo chiita libanés atribuyó a Israel el ataque contra el edificio en el cual vivía Kantar en Damasco, sin embargo, hasta esta noche el gobierno israelí no ha confirmado ni desmentido su presunta autoría, aunque sí celebró el deceso.
De acuerdo con el periódico The Jerusalem Post, Israel se ha mantenido formalmente fuera de la guerra civil de Siria, que comenzó en 2011, pero si ha bombardeado objetivos de Hezbolá en ese país sin reconocerlo públicamente.
Hezbolá, un poderoso grupo musulmán chiita, ha enviado a cientos de combatientes a Siria para apoyar al presidente sirio Bashar al Assad contra los rebeldes armados que tratan de derrocarlo.
