Un día después de haber sido puesto en libertad, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva habló ayer ante sus simpatizantes frente a la sede del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos, que alguna vez dirigió.

En el lugar, el mismo en que se atrincheró en abril de 2018 y resistió durante dos días la orden de prisión en su contra, se congregaron miles de personas con camisetas rojas y ondeando banderas.

Tras un agradecimiento inicial a sus seguidores por la solidaridad mostrada, Lula dijo que está de vuelta en la escena política y afirmó que tuvo la posibilidad de escapar del país antes de ser preso; sin embargo, quiso probar que fue víctima de una trama.

“Este joven (Lula) tiene la excitación de los 20 años, la energía de los 30 y la experiencia de los 70 y estará en la calle con todos ustedes, para que no destruyan nuestro país”, dijo a sus simpatizantes.

Además envió un mensaje “de lucha” a los miembros del Grupo de Puebla, que busca ser un eje progresista en América Latina y que celebra desde ayer su segundo encuentro en Buenos Aires.

En su primera reacción desde la excarcelación, el mandatario Jair Bolsonaro afirmó que el expresidente está suelto, “pero con todos sus crímenes sobre la espalda”.

AFP | Curitiba