El máximo tribunal de Corea del Norte sentenció el miércoles a un turista estadunidense a 15 años de prisión con trabajos forzados porsubversión.
Otto Warmbier, estudiante de 21 años de la Universidad de Virginia, fue condenado y sentenciado en un juicio de una hora en la Corte Suprema de Corea del Norte.
El estadunidense estaba acusado de subversión según el artículo 60 del código penal norcoreano.
El tribunal determinó que había cometido un delito “acorde a la política hostil del gobierno estadunidense hacia (Corea del Norte), en un intento de socavar la unidad de su pueblo tras entrar como turista”.
En un comunicado publicado antes de su juicio, Warmbier dijo a un grupo de reporteros en Pyongyang que había intentado robar un estandarte de propaganda “como un trofeo” para la madre de un amigo que quería colgarlo en su iglesia.
La sustracción de la bandera habría dado pie a la acusación de subversión.
Los juicios a extranjeros que afrontan cargos de esta clase en Corea del Norte suelen ser breves y con penas severas. Warmbier fue arrestado a inicios de enero cuando trataba de abandonar el país después de realizar una visita en grupo por el Fin de Año.
El turismo estadunidense en Corea del Norte es legal. Las detenciones de turistas son poco habituales, pero el Departamento de Estado de Estados Unidos desaconseja estos viajes.
Pyongyang anunció la detención de Warmbler a finales de enero, indicando que había cometido un delito contra el Estado con “la connivencia tácita del gobierno estadunidense y bajo su manipulación”. Sigue sin estar claro en qué consistiría esa supuesta conexión de Washington con las acciones del detenido.
Corea del Norte suele acusar a Washington y Seúl de enviar espías para derrocar a su gobierno para permitir que el gobierno surcoreano, respaldado por Estados Unidos, tome el control de la península de Corea.
Las tensiones son especialmente altas después de la reciente prueba nuclear y del lanzamiento de un cohete en Corea del Norte, así como por las maniobras militares conjuntas anuales de Washington y Seúl, que se celebran estos días y Pyongyang considera como un ensayo de invasión.
