España pedió ayer que la Unión Europea presione los líderes políticos de Venezuela a dialogar con el fin de desbloquear la situación política en ese país, sumido en una grave crisis económica y social.

“La UE en general y España en particular no pueden permanecer ajenas a lo que allí se está produciendo”, señaló el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, al llegar para una reunión con sus homólogos de los Veintiocho,
en Bruselas.
El canciller sostiene que el bloqueo político “está impidiendo tomar las medidas necesarias para hacer frente a una emergencia nacional que se está traduciendo en desabastecimiento de los productos más básicos, e incluso de medicamentos”.
“La situación es muy difícil en esos momentos y urge atajarla si no queremos que se produzca un conflicto de mucha mayor magnitud”, dijo.
España considera el comunicado de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que sugiere la celebración de un referendo revocatorio después del 1 enero de 2017, como una “solución pacífica, electoral, democrática y constitucional”.
Para Margallo, el documento “contiene una buena base para buscar una reconciliación nacional que, a su vez, permita el progreso económico o, al menos, la salida de la crisis”.
El canciller también reiteró la disposición de España de crear un fondo fiduciario para atender las necesidades humanitarias más urgentes que existen en Venezuela y afirmó que ello “no se puede interpretar como un acto de hostilidad, sino de amistad”.