Techos arrancados, automóviles volteados y líneas telefónicas tiradas dejó el huracán Dorian al golpear el norte de las islas Bahamas como un huracán categoría 5.

Dorian se estrelló contra Cayo Elbow, en la isla Ábaco, cerca del mediodía de ayer y luego tocó tierra por segunda vez cerca de Puerto Marsh a las 14:00 horas, después de que las autoridades pidieron que los que se encontraban en zonas bajas evacuaran.

“Es devastador”, dijo ayer Joy Jibrilu, directora general del Ministerio de Turismo y Aviación de las Bahamas. “Ha habido grandes daños a la propiedad y la infraestructura. Afortunadamente, no se reportaron pérdidas de vidas”.

Con sus vientos máximos sostenidos de 297 kph (kilómetros por hora) y ráfagas de hasta 354 kph, Dorian empató el récord del huracán más poderoso del Atlántico en llegar a tierra desde 1935. Louby Georges, director de asuntos internacionales de Derechos Humanos de Bahamas, dijo que la gente en la isla Gran Ábaco, en el camino directo del ojo del huracán, estaba desesperada. “La gente está enviando notas de voz, la gente está llorando”, señaló. “Se puede escuchar a la gente gritar en el fondo”.

Georges afirmó que los refugios en la isla estaban llenos y que muchos residentes más pobres se habían resguardado en iglesias en Marsh Harbour, aunque esos centros podrían no recibir alimentos y agua, al no estar registrados oficialmente. “Un colega en la iglesia de San Francisco aseguró que no hay agua potable”, afirmó Georges desde Nassau, la capital. “No hay personal de emergencia capacitado con ellos”.

En algunas partes de Ábaco, no se podía distinguir la diferencia entre el comienzo de la calle y el lugar donde comienza el océano, dijo el primer ministro Hubert Minnis.

El gobierno abrió 14 refugios en las Bahamas, pero docenas ignoraron las órdenes de evacuación, señalaron las autoridades, y se quedaron en hogares que podrían no soportar una tormenta tan poderosa. Hasta ayer, no había reporte de heridos.

Hubo indicios de que Dorian podría virar hacia el noreste y solo “acariciar” la costa de Estados Unidos, pero las autoridades advirtieron que incluso si su núcleo no tocara tierra en EU, la tormenta golpearía la costa con vientos poderosos y fuertes olas.

Más de 600 vuelos habían sido cancelados y las autoridades de Florida también ordenaron evacuaciones obligatorias en algunas zonas costeras vulnerables.

El Gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, ordenó una evacuación obligatoria para las cerca de 830 mil personas en la costa del estado.

“No podemos hacer felices a todos”, dijo McMaster. “Pero creemos que podemos mantener a todos vivos”.

Staff I Agencia Reforma