Raymundo Gallegos Blanco describe a Akasha, la perra pastor belga malinois de Ciudad Sahagún que ayudó al rescate de cuatro trabajadoras en la colonia Obrera, en Ciudad de México, como “una entre un millón”, pues está entrenada como un can de guardia, que requiere agresividad, y en la búsqueda y rastreo de personas, para lo que se necesita nobleza y obediencia.
“Se llama Akasha porque es la reina de los condenados en la mitología de los vampiros, ellos habitan en cuevas y están en la obscuridad. Ella se mete a la obscuridad para rescatar personas”, dijo su entrenador previo a un reconocimiento que el Congreso local otorgó ayer al canino.
Acompañados de Akasha, Gallegos Blanco y el rescatista Fernando Ibarra Santiago salieron a las tres de la tarde del 19 de septiembre de Ciudad Sahagún hacia la colonia Obrera. Dos horas antes había temblado y tuvieron noticias que en Chimalpopoca trabajadoras de una empresa maquiladora quedaron atrapadas.
El especialista narró que es la primera vez que la perra de cuatro años participa en rescates.
El temblor de 7.1 grados de magnitud afectó a la CDMX, Puebla, Morelos, Estado de México, Guerrero y Oaxaca, cuyo saldo hasta ayer era de 333 personas fallecidas.
Antes de su intervención, Akasha recibió entrenamiento durante cuatro años para rescate de personas con vida, pues su olfato no detecta cadáveres. También está certificada en guardia y protección. Su premio al culminar las tareas es una pelota, indicó Gallegos.
“Todo es por medio de órdenes, es como un juego para ella. Le enseñé a base de juegos, cuando yo le doy la orden ella espera encontrar a la persona. Primero ingreso yo, ella ingresa atrás de mí. Entonces ella toma el mando y empieza a olfatear y olfatear. Una vez que ubica me marca el lugar. En ese momento yo salí y le dije a quienes se dedican a quitar escombros el sitio en donde se encontraban las personas con vida”, relató.
El 19 y 20 de septiembre, esta dinámica permitió a Akasha encontrarán cuatro personas vivas debajo de los escombros de la maquiladora de la colonia Obrera, por lo que ambos rescatistas y ella recibieron un reconocimiento en el Congreso local.
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