“Su pecado fue darles un trabajo”
 
Hace (79) meses
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Desde su cama, en la que lleva 13 años postrado por cuadriplejía derivada de un accidente automovilístico, Leonel Sánchez pide a autoridades de Hidalgo revisar el caso de su hija Isabel, recluida desde hace más de dos meses en el penal de Santa Martha Acatitla de la Ciudad de México (CDMX), acusada de trata de personas por explotación laboral.

Leónides López llora en silencio mientras escucha la narración de su esposo, Leonel, a quien asiste a lo largo del día porque lo único que puede mover son los dedos de sus anquilosadas manos. “Mi hija tiene 27 años de edad, desde chiquita la llevaba a vender frutas secas, botana, a San Juan del Río, Querétaro. Ahí aprendió y empezó a trabajar por su cuenta, era quien nos mandaba dinero cada semana antes de que la detuvieran”, comenta el indígena, de 67 años.

Isabel, quinta de nueve hijos del matrimonio Sánchez López, todavía menor de edad, afirman, se convirtió en cabeza de familia tras el percance vial que sufrió su padre. Dejó Los Reyes, indígena de Acaxochitlán, y se estableció en la Ciudad de México junto con su hija, de 12 años, y Mario, su pareja, quien asumió, sin serlo, la paternidad de la menor.


Durante casi una década Isabel replicó la actividad comercial que le enseñó su padre: “Vendía botana en las calles, su pecado fue darle trabajo a muchachitos que, como ella, dejaron sus comunidades para ir a ganar dinero, así se acostumbra entre nosotros los indígenas: desde niños trabajamos y a veces tenemos que salir a buscarle porque en los pueblos no hay dónde”.

Isabel fue detenida el 16 de junio, según sus padres, bajo “engaños”, dentro de la casa que ocupaba en la colonia Ex Hipódromo de Peralvillo, en la delegación Cuauhtémoc, donde -aseguran- alojaba y daba alimentación a dos adultos y seis menores de edad, todos de pueblos originarios de Hidalgo, Puebla y Veracruz, quienes vendían dulces y botanas en carretillas.

Un comunicado emitido el 18 de junio por la Procuraduría General de Justicia de la CDMX cita que el aseguramiento de Isabel Sánchez López derivó de indagaciones a cargo de agentes de la Policía Investigadora de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Trata de Personas.

“Se estaba bañando cuando llegaron unas gentes (sic) y le preguntaron si era la patrona y si los muchachos eran sus chalanes, ella contestó que sí, dijo la verdad, no tenía por qué mentir, luego le pidieron que las acompañara, se llevaron a todos, hasta a mi nieta, pero a mi hija ya no la dejaron salir”, añade el papá de Isabel.

Según la fiscalía, Isabel y su pareja, quien abandonó la vivienda antes de la detención, cobraban a las ocho personas rescatadas una renta por concepto de hospedaje y comida, además de obligarlas a trabajar más de ocho horas diarias, de lunes a sábado.

Versión que, aseveran los progenitores de la inculpada, fue desmentida por sus ahora exempleados. Incluso, insisten, los padres de los menores de edad ya declararon ante autoridades que autorizaron que laboraran cuando la indígena acaxochiteca fue hasta sus pueblos a reclutarlos.

Una nota publicada el 25 de junio en algunos diarios nacionales señala que la declaración de la hija de Isabel fue determinante para que la juez de control Nelly Cortés decidiera vincularla a proceso por el delito de trata de personas en la modalidad de explotación infantil, pese a que la defensa argumentó usos y costumbres, así como buenos tratos a los infantes.


Salvador Trejo Nava, presidente de la asociación civil Vinni Cuubi, quien fue contactado por Candelario Var-gas, dirigente de la agrupación Altepe Macehual Tlapa-leguiani, explicó a Criterio vía telefónica que, aun cuando los padres de los infantes declararon a favor de Isabel, el caso se encuentra “atorado” debido a que vulnera lo dispuesto en la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

“En todas las etnias, por tradición, desde muy chiquitos se les enseña a los hijos a trabajar. Es un tema que mucho hemos discutido y que sigue vigente en las mesas de trabajo”, afirma Trejo Nava.

Otro factor que no ayuda a Isabel, dice, es la negativa de su pareja, Mario, quien es identificado por los menores como El Patrón, por acudir a las citas concertadas por la asociación Vinni Cuubi ante la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades de la Ciudad de México, a efecto de que el caso sea revisado y reciba asesoría legal.

Mientras, en Los Reyes, Acaxochitlán, Leonel y Leó-nides rezan para que su hija, ahora presa en Santa Marta Acatitla, obtenga su libertad, pues insisten en que no cometió delito alguno, sólo replicó lo que desde niña aprendió de ellos, al igual que sus ocho hermanos, incluida su hermana fallecida el año pasado después de dar a luz una niña y dejar en la orfandad a seis menores más.

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