Totalmente reprobable, triste y lamentable lo que pasó hace unos días en Christchurch, Nueva Zelanda, donde un joven de origen australiano abrió fuego en contra de personas que estaban reunidas en dos mezquitas matando a cincuenta de ellas. Este maravilloso país que ha sido pionero en muchos sectores cómo el de la industria de los lácteos, la agricultura, la ganadería particularmente de ovejas, así como el desarrollo de tecnología para veleros, producción de películas y de efectos especiales, toda una potencia turística, con grandes equipos de Rugby, entre muchas otras, ha visto lo que nunca se imaginó y creyó que le pasaría. Con tan solo 4.7 millones de habitantes y considerado siempre dentro de los mejores países para vivir, tendrá que endurecer sus políticas de control de armas y seguridad. Afortunadamente las decisiones ya se están tomando y de inmediato su Primer Ministra Jacinda Ardern instruyó que se prohíban ciertos tipos de armas que incluyen las automáticas y semi automáticas. No pasó ni una semana y ya entró en vigor la medida. Lo más interesante de lo que esta pasando en esta parte del mundo y que tiene que ver con todos los países, incluido México; es la función que han tenido las redes sociales, y cómo Facebook no ha hecho nada para evitar este tipo de imágenes, en donde se puede transmitir en vivo algún asesinato y a su vez compartirse millones de veces. Jacinda Ardern y el Primer Ministro de Australia están proponiendo que en la próxima reunión del G20 que concentra a las economías más importantes del mundo, se tomen cartas en el asunto y le exijan a Facebook que invierta más en tecnología para que de manera automática pueda detectar conductas terroristas y sobre todo que no tengan que pasar varios minutos para que bajen videos que promuevan estas actividades o se hagan transmisiones en vivo  como en el caso de Christchurch. Las autoridades de seguridad debieran enterarse en cuestión de segundos si algo esta pasando. Veremos cual será la reacción de la plataforma social a este llamado, ya que por lo pronto en aquel país los principales bancos y algunas empresas dejaron de inmediato de contratar publicidad, lo que se suma a otras iniciativas internacionales para presionar a Facebook a que adopte políticas de responsabilidad social y que no únicamente sea una plataforma para seguir generando millones de dólares.

Lo sucedido en este rincón del planeta nos muestra la fragilidad del tejido social en que vivimos, Nueva Zelanda tendrá que modificar varias de sus leyes y fortalecer sus controles de seguridad y control de armas, será muy interesante ver en próximos días cómo hacen frente a este gran reto, y esto debiera de servirle a los demás países en donde nunca ha pasado algo similar para que no se confíen y comiencen a prevenir un escenario parecido. Sin lugar a duda, este será un muy duro aprendizaje y esperemos que el gigante de las redes sociales se sume al llamado de las naciones para ayudar a prevenir y erradicar estas conductas.