Con el paso de los años la sociedad está más involucrada en la tendencia de mejorar su calidad de vida. Durante el siglo XIX la esperanza de vida global no superaba los 40 años, en la actualidad es próximo a los 70, y en México el promedio oscila entre los 75 y 77 años. Por esta razón, los consumidores buscan productos en el mercado que les permita potenciar su salud en base a superalimentos.

Según Euromonitor International -proveedor líder de inteligencia estratégica de industrias, países y consumidores a nivel mundial- en México, el mercado de los suplementos dietéticos para bajar de peso tiene un valor de 8.2 mil millones de pesos. Asimismo, se estima que la industria de suplementos alimenticios para el 2022 tendrá un valor de 220 mil millones de dólares en el mercado.

El Departamento de Investigación Merca2.0 recalca que las proteínas ocupan el 86.6 % de preferencia en los consumidores, le sigue el consumo de multivitamínicos referidas por el 26.8 % y la creatina se posiciona en el tercer puesto con un 21.8 %. En un país donde la obesidad es reconocida como un problema de salud público deja entrever que las marcas y empresas tienen mayor oportunidad en el sector.

Sin embargo, algunos de los consumidores tienen un concepto errado de los suplementos creyendo que es medicina. Según GUIADESUPLEMENTOS, existe una diferencia entre los medicamentos y los suplementos. Los productos como suplementos son aquellos que ayudan a mantener, apoyar y optimizar las funciones fisiológicas del cuerpo. Mientras que los medicamentos buscan restaurar, corregir o modificar estas funciones.

Los suplementos alimenticios más consumidos son los hidratos de carbono, las proteínas, aminoácidos, los lípidos, vitaminas, minerales y sustancias de origen vegetal. Por otro lado, existen distintos tipos que determinan su eficacia.

-Los naturales: son suplementos de origen vegetal, mineral o animal que mantienen su forma casi original tras un breve procesado.

-Los de origen natural: son aquellos que se extraen de fuentes minerales, vegetales o animales mediante un proceso de laboratorio. Las vitaminas del grupo A y D del aceite de hígado de pescado se incluyen, así como también la vitamina E (aceite de soja), las enzimas digestivas, proteínas y los aminoácidos.

-Los idénticos a los naturales: son nutrientes manufacturados en laboratorios que son iguales en su estructura molecular y actividad en el organismo a los nutrientes naturales. Se producen en laboratorio debido a su alto costo y dificultad de extracción de fuentes naturales, tales como la vitamina C y vitaminas del complejo B.

–Los estrictamente sintéticos: son producidos en laboratorio ya que son distintos a los nutrientes naturales debido a que no pueden ser replicados en todos sus detalles. Resultan ser más económicos y su eficacia es menor, como por ejemplo la vitamina E sintética (dl-alfa tocoferol), que es menos eficaz que su forma natural; d-alfa tocoferol.

–Nutrientes obtenidos de levaduras: cultivadas en medios enriquecidos con minerales y vitaminas, estas son añadidas al medio donde se cultivan levaduras.

El consumo de suplementos alimenticios podrían generar ciertos riesgos en caso haya una sobredosis; donde el consumidor cree que a mayor consumo del producto es sinónimo de mayor bienestar. Algunos tipos de suplementos no son recomendados para ciertos grupos de personas, ya se por la edad o su condición médica específica. Aquellos que tienen alguna condición alérgica pueden presentar reacciones adversas ante su uso.

Los suplementos permiten mantener un equilibrio homeostático y no es un restaurador del mismo. Un aspecto a tener en cuenta es que todos los suplementos pueden tener efectos beneficiosos o perjudiciales si no se consume adecuadamente.