El espectáculo La Verità, inspirado en el surrealista mundo del pintor español Salvador Dalí, vuelve a México este fin de semana, a cargo de la Compañía Finzi Pasca, que ofrecerá dos funciones en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, de esta capital.
El espectáculo, donde actuación, danza, acrobacia y clown se volverán cómplices indisolubles de la ilusión plasmada en escena, ya tuvo presentaciones en México el año pasado, cuando además de esta ciudad, se montó en Morelos, Culiacán y Guadalajara.
En esencia es el mismo espectáculo, pero tiene cambios sustanciales, explicó el autor, director y coreógrafo suizo Daniele Finzi, para quien lo que el público verá ahora es un montaje más maduro, redondo, con un grado de perfección diferente, alentado por el encuentro que ha tenido con numerosos públicos desde su estreno.
En entrevista telefónica, el artífice de espectáculos como Ícaro o la ceremonia de Clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno y la apertura de los paralímpicos en Sochi, Rusia, habló a Notimex de la emoción de volver a México, país con el que siente una cercanía importante, pues aquí vivió algún tiempo y tiene
muchos amigos.
Recordó que hay lugares a los que sus creaciones lo llevan con más frecuencia, tal es el caso de Nueva York, Milán, Montreal y Australia, pero México también es uno de esos casos, por eso está de vuelta, para ofrecer su magia los días 12 y 13 en el Teatro de la Ciudad; 24 y 25 en Coahuila, y 2, 3 y 4 de diciembre en Guadalajara.
Adelantó que, igualmente, espera el próximo año volver con el espectáculo que recién ha estrenado y que se denomina Per te, una emotiva creación que dedica a su recién fallecida
esposa Julie.
Consultado sobre su proceso creativo y capacidad para ensamblar diversos lenguajes escénicos en un sólo mensaje en un foro, comentó que lo que siempre hace es conectar pequeños detalles, fragmentos que al ponerlos juntos dan como resultado
nuevas imágenes.
“Nací en un cuarto oscuro, en miedo de la alquimia de la fotografía, esa cosa de ácidos que al combinarse hace surgir algo tan irreal como puede ser la fotografía”, recordó el creador, quien a partir de ello comenzó a cuestionarse qué era lo real y qué
lo ilusorio.
Esa parte de su vida le dio cierta formación de alquimista que aplica al teatro, una disciplina en la que, aseguró, lo que ha hecho es dar movimiento a todas esas imágenes que su padre, su abuelo y bisabuelo captaron o crearon alguna vez en su cuarto oscuro.