La marca registrada José Luis Cuevas, de la cual es titular Beatriz Bazán, no implica patente de corso para la viuda del artista, advierten los abogados Agustín Velázquez y Tomás Arankowsky, socios del despacho AVA y miembros de la Comisión de Propiedad Intelectual de la Cámara Internacional de Comercio.

“Los derechos que tiene la señora sobre el nombre artístico son ciertamente limitados a lo que la ley le permite, y no puede ella, a diestra y siniestra, impedir que el nombre se utilice para describir una exposición o para hacer referencia a un cuadro de José Luis Cuevas dentro de una exposición”, explica Velázquez, presidente de la referida comisión.

Los especialistas fueron consultados por este diario acerca de las repercusiones, en el ámbito cultural, del registro de José Luis Cuevas como marca ante el IMPI. “La gente se confunde, pareciera que como ella lo registró nadie puede ya usar ese nombre, ni Bellas Artes, y eso no es correcto”, añade.

Grupo Reforma informó el miércoles que Bazán adquirió, por un lado, los derechos del nombre artístico de Cuevas, mismo que posteriormente registró como marca de productos diversos -obras pictóricas, escultóricas y literarias-, “para que los consumidores puedan examinarlos y comprarlos a su conveniencia, organización y dirección de ferias y exposiciones con fines comerciales y de publicidad”, según la clase 35 de la Clasificación Internacional de Productos y Servicios para el Registro de las Marcas
Arankowsky observa que la clase 35 es ajena al ámbito cultural o educativo, previsto en la clase 41.

“La 35, en general, habla de la comercialización, de la compra-venta, de la administración de negocios, no se refiere a actividades artísticas, culturales o de educación”, puntualiza.

Los servicios que Bazán, como titular de la marca, podría entonces impedir son los listados en la clase 35.

“Yo, Agustín Velázquez, no podría tener una exposición permanente que se llame José Luis Cuevas, o de un año o mes a mes, o todos los eneros, junios y diciembres, porque estaría comercializando con la marca José Luis Cuevas”.

Velázquez tampoco considera factible que un nuevo museo pudiera llevar el nombre del autor plástico, aunque un libro o una película pudieran referirlo.