Se acercan las fiestas decembrinas y muchas empresas organizan posadas para sus trabajadores. Año tras año hay comida, piñatas, rifas e intercambios. Pero las posadas también tienen su lado oscuro, donde algunos sacan lo que habían ocultado todo el año. Pero no te preocupes, en esta ocasión te traemos una lista de lo que debes evitar a toda costa.

1. (Intentar) Bailar break dance. A todos nos han dado ganas de demostrar que todavía nos salen los movimientos de nuestra primera juventud, pero hay que reconocer que la panza no ayuda a lograrlo y que alguien nos va a tener que auxiliar a levantarnos.
2. Tirarle la onda a una compañera.  De repente, se nos ocurre que hay química entre Lupita la de ventas o con Bere de recursos humanos. ¡Detente! El 99.9% de los casos se trata de una ilusión, los buenos días se los dan a todos.
3. Confesar una falta administrativa. Ya con la jarra encima, a algunos nos puede parecer gracioso confesarle al supervisor que estuvimos llevándonos a la casa los sobres de azúcar de la cafetera o haciendo trampa con el checador. Probablemente soltará una carcajada, pero puede ser un juego muy peligroso.
4. Subirte al karaoke. ¡No! ¡Y menos si son canciones de Timbiriche o Jenny Rivera!
5. Empezar a hablarle de tú a los jefes. Luego a unos les da por sentirse en confianza hasta delante del Papa. Si eres de esos, mejor mantente alejado de la zona de riesgo.
6. Platicar de memes. Existe una clase de gente que le gusta ponerse a platicar los mejores memes que ha visto en Internet, algunos incluso pretenden hacer cara de meme. Generalmente, sólo ellos se ríen de sus chistes y  son una visita non-grata en sus grupitos. Los memes sólo dan risa en las pantallas, no lo olvides.
7. Tirar el vaso o caerse al suelo: Uno de los peores osos que han amenazado al ser humano desde que se inventaron las fiestas. El conocido “malacopa”, el temor de todos los presentes. Si sientes que ya bailaste mucho o se te  mueve el piso, no tiene nada de malo sentarse un rato y comer algo. Tirar un trago provoca dos manchas, una en la ropa (lavable) y otra en la reputación (PARA SIEMPRE).
8. Llorar. Recuérdalo: Sin Yolanda, Maricarmen. Aparte de la vergüenza, es terrible para los amigos tener que abrazar y consolar al que llora. Si cortaste con tu pareja, si te acordaste de Israel y cómo lo liquidaron o pusieron tu canción favorita, respira hondo y acuérdate de la canción de The Cure, “Boys don’t cry”.
9. Coronarte como Emperador de la rockola: Está bien que todos tengamos nuestras canciones favoritas, pero cada quien tiene gustos diferentes. No pasa nada si te avientas una canción de Shakira o de Yuri.
10. Hablar mal de un colega: Los chismes se esparcen tan rápido como los resfriados en la oficina. Ten cuidado con lo que dices, pues todos terminarán enterándose que no soportas al supervisor o a la contadora.