“¡Queremos justicia, que se haga justicia, todos somos Gerardo!”, ayer fue el clamor de pobladores de Huasca para exigir el esclarecimiento de la muerte de Gerardo Pérez Morales, a quien, presuntamente, policías municipales golpearon en la cabeza al
ser detenido.

En la edición del 21 de mayo, Criterio publicó que un hombre de 49 años de edad murió afuera de la comandancia de Huasca de Ocampo la madrugada del pasado domingo, después de ser aprehendido al tratar de liberar a su hijo de 16 años, quien fue aprehendido por agentes locales por, supuestamente, portar una arma de fuego.

Vestidos de blanco, los habitantes, acompañados de familiares del difunto, recorrieron las principales calles del centro hasta llegar a las instalaciones de la presidencia municipal, donde exigieron la presencia del alcalde Marcelo Soto Fernández y del director de Seguridad Pública local, Amado Cerecedo Sánchez.

“Queremos una policía capacitada, no queremos una policía inepta que mate a la gente; que todos los policías sean investigados”, se leía en cartulinas que portaban quienes integraron el contingente.

Ante el reclamo de la ciudadanía, Soto Fernández salió del palacio de gobierno y argumentó que la Asamblea municipal tiene programado el despido de elementos.

“Mi proceder debe ser de tal manera que no se afecte o contamine el proceso, y no al rato digan que yo oculté u omití, y en eso me voy a respaldar con los familiares. Entiendo que la familia tiene sus abogados y lo que ellos me pidan lo voy a ir haciendo, y también con el jurídico del municipio”, dijo.

En el lugar, el director de Seguridad Pública de Huasca no se presentó.

Los manifestantes exigieron al presidente municipal el despido del jefe de la policía por lo sucedido a Pérez Morales.

Nathali González

Huasca de Ocampo