Hace unas semanas hubo una explosión en un ferry que comunica la isla de Cozumel con Playa del Carmen, en donde afortunadamente no hubo vidas que lamentar y sí, un número de turistas extranjeros y nacionales con lesiones. En un principio se desconocían las causas de la explosión y conforme avanzó el tiempo nos hemos ido enterando de que la misma fue producto de un artefacto explosivo y de que no era el único, que existía otro en una embarcación de la misma empresa. Entre tantas noticias, este incidente no ha cobrado el interés ni la relevancia que realmente tiene.

No creo que sea casualidad que este ferry específicamente, en donde hay una gran presencia de turistas extranjeros, sobre todo norteamericanos, haya sido el blanco de un atentado. Y habría que hacerse varias preguntas: ¿Quién lo puso? ¿Por qué en estos tiempos? ¿Cuál realmente es la intención? ¿A quién le conviene desestabilizar a nuestro país?

¿Sabían que Cozumel es el puerto que más turistas recibe al año? Tan sólo en el 2017 arribaron a este puerto mil 240 embarcaciones con 4 millones 98 mil pasajeros. Para que se den una idea con información de Datatur, Ensenada BC registró ese mismo año la llegada 647 mil pasajeros y Acapulco 30 mil pasajeros. De ese tamaño es la importancia de la llegada de turistas a Cozumel. Cuatro millones de personas que generan una derrama económica substancial no únicamente para Quintana Roo sino para todo el país. Hay que recordar que después de la caída del precio del petróleo el turismo nos ha estado ayudando a mantener la economía.

¿Qué es lo que preocupa? No pasaron muchas horas para que nuestros vecinos del norte emitieran una Alerta de Viaje para que los ciudadanos de su país evitaran esta zona. Y esto me llevó a recordar lo que sucedió en Mazatlán hace algunos años; en donde, debido a la inseguridad y a los hechos violentos suscitados en esa entidad, de igual manera se emitió una alerta en 2010 y en el 2011 los cruceros dejaron de llegar a este maravilloso puerto de nuestro Pacífico, convirtiéndose por varios años en un destino “fantasma”, se cayeron las inversiones, se detuvieron las ventas de tiempos compartidos, cientos de empleos de la industria turística se perdieron, discotecas y bares emblemáticos, tiendas de artesanías, platerías, restaurantes se vieron obligados a cerrar sus puertas ante la falta de turismo. Y la caída en la llegada de turistas por crucero no fue menor: en 2010 llegaban a este puerto 526 mil pasajeros, para el 2011 la caída fue dramática a 71 mil y lo más triste y lamentable fue ver que en el 2012 sólo hubo un barco que arribo con 665 pasajeros. De esa magnitud fue el impacto de la violencia en la economía del puerto.

Por ello, lo que está pasando en Playa del Carmen y Cozumel no es como para dejarlo pasar o no ponerle atención, las autoridades deberán hacer todo lo posible para contestar las preguntas que planteaba en un principio.

El pasado año Mazatlán, seis años después, recibió a 203 mil pasajeros, ni el 50% de lo que se recibía en el 2010, y afortunadamente con la apertura de la nueva autopista a Durango el puerto ha recuperado su vocación como destino turístico. La moraleja de todo esto es que por ningún motivo debemos descuidar nuestra mina de oro que es el turismo, y mucho menos bajar la guardia en el tema de la seguridad. No debemos permitir que por ser año electoral se enrarezca el ambiente y quieran desestabilizar a nuestra gran nación.

Aunard de la Rocha