De acuerdo al reporte de un jurado investigador, sacerdotes católicos del estado de Pensilvania emplearon rituales religiosos, símbolos de la fe y la amenaza de una eternidad en el infierno con la finalidad de abusar y violar a más de mil menores de edad.

De acuerdo a Excélsior, un cura ató a una de sus víctimas en posición de oración, y cuando el menor se negó a mantener relaciones sexuales, el sacerdote empleó un crucifijo de 18 centímetros para agredirlo sexualmente. Asimismo, otra víctima contó como un religioso usó una cruz de metal para golpearlo.

En la rectoría de una parroquia, cuatro curas hicieron que un chico se desnudara y posara como Jesucristo en la cruz mientras le tomaban fotos, apuntó el reporte del jurado. Dos de los curas implicados fueron a prisión por abusar sexualmente de dos monaguillos.

De igual manera, otro sacerdote acarició a un niño argumentando que lo que hacía estaba bien porque él era “un instrumento de Dios”.

Según el informe, los curas también utilizaron el sacramento de confesión como una oportunidad para atacar a menores.

Josh Shapiro, fiscal general de Pensilvania, argumentó en una conferencia de prensa que los depredadores en cada diócesis armamentizaron la fe católica y la usaron como una herramienta de abuso.

El fiscal mencionó que se contabilizan a más de mil víctimas y se señala a 300 sacerdotes.

Solo dos de los sacerdotes han sido acusados de delitos como resultado de la investigación del jurado, más de 100 han muerto y muchos otros se han retirado, según Excélsior.

Redacción Excélsior

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