Ante posible reubicación de los únicos dos atlantes originales que quedan en la pirámide B de la zona arqueológica de Tula para preservarlos de las condiciones climatológicas
Foto: Miguel Martinez
Ante posible reubicación de los únicos dos atlantes originales que quedan en la pirámide B de la zona arqueológica de Tula para preservarlos de las condiciones climatológicas, la presidenta de la Comisión de Turismo del ayuntamiento, Rosa Olivia García Villeda, exigió que las esculturas no salgan del municipio.
La regidora agregó que mudar a los colosos sería “quitarle parte de su identidad” a la demarcación.
“Tres de ellos ya están fuera de Tula, no se permitirá otro saqueo; un guerrero ya se encuentra en el museo de Antropología e Historia y otros dos ejemplares, en el extranjero”, informó.
El pasado 10 de octubre, el delegado en Hidalgo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Héctor Álvarez Santiago, reveló que la dependencia federal tiene la intención de “bajar” las esculturas para trasladarlos a un lugar cerrado, a fin de conservarlas.
Álvarez Santiago argumentó que la idea de proteger a los atlantes se debe a que diariamente se desgastan por las condiciones climatológicas “nocivas” que padece el municipio.
“Se desgastan por la lluvia ácida que se precipita en ocasiones”, agregó.
En tanto, la edil de extracción perredista, pidió al delegado estatal del INAH “no hacer declaraciones a la ligera” y señaló que, antes de pensar en llevarse a los guerreros toltecas, se deben explorar y agotar otras opciones, pues “existen técnicas de conservación muy efectivas que podrían ayudar al mantenimiento”.
Añadió que está de acuerdo en que se busque conservar a los colosos, pero insistió en que no deben ser sacados del municipio.
“Los pueden reubicar en el museo Jorge R. Acosta o en la sala histórica Quetzalcóatl”, externó.
Miguel Ángel Martínez
Tula de Allende
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