Durante el segundo semestre de 2017, sólo se registraron 12 días con calidad del aire buena en Tula de Allende; mientras, en el resto el nivel de contaminantes fue regular, según información de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath).
Ayer, Tula y Tepeji reportaron 53 y 88 puntos en la medición de las unidades de monitoreo, con lo que fueron clasificados en nivel medio. Atotonilco, en la misma zona, obtuvo 107, una calificación mala.
Según el calendario de la dependencia, en enero pasado, se registró en la capital tolteca la mayor frecuencia de emisiones contaminantes, con sólo tres días de calidad regular y los otros 28, mala; en febrero de 2017 un día reportó muy mala calidad.
Al respecto, el abogado ambientalista Francisco Mora-les Mejía consideró que las autoridades y las empresas no están interesadas en conseguir “cambios radicales” para que el corredor Tula-Tepeji deje de ser uno de los más contaminados.
Señaló que no han sido repuestas las 800 especies afectadas como parte de las obras para el revestimiento del río Tula.
“Sigue haciéndose un derribo de los árboles y, hasta donde entiendo, no hay todavía una presentación de los permisos, hay un contubernio entre Semarnat (federal) y Conagua (Comisión Nacional de Agua) porque la primera está fungiendo como juez y parte”, expuso Morales Mejía.
Según el inconforme, una de las consecuencias del deterioro ambiental en las regiones es el daño a la salud. “Por ejemplo, en Tlahuelilpan está un hospital de especialidad en cáncer porque se registran cada vez más casos en la zona”.
De acuerdo con una evaluación de 2013 realizada por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición a las partículas del aire contaminado está relacionada con la aparición de cáncer de pulmón.
También señaló una probable relación entre la contaminación del aire exterior y el aumento del cáncer de vías urinarias y vejiga.
“Esa enfermedad va directamente ligada al medio ambiente. Son factores que traen como consecuencia la incidencia a la salud pública y sobre la reducción de los espacios agrícolas, y la afectación a la salud pública y la biodiversidad de las especies”, manifestó el jurista.
“Las autoridades han quedado a deber en el tema de Tula y la emisión de contaminantes”, dijo.
Sara Elizondo I Tula
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