Desde la llegada del Ejército a la refinería Miguel Hidalgo, la semana pasada, y debido a las medidas emprendidas por el gobierno federal que han generado escasez de combustible, los empleados de la empresa han tenido que someterse a revisiones y a un aumento en la carga de trabajo, señaló el obrero Juan Fernández, quien lleva más de 15 años en la petrolera.
“Hemos tenido jornadas muy difíciles y estresantes, comemos con la torta o el taco en la mano, atendiendo equipos y haciendo lo más rápido posible para no detener los viajes de reparto de equipos foráneos y locales de Pemex, y que no se note el desabasto”, externó.
De acuerdo con el quejoso, las Fuerzas Armadas entorpecen la labor en el sitio, ya que no permiten la salida de unidades con normalidad.
Regularmente los operadores de autotanques viajan sin descanso, pues arriban a la terminal para cargar y la atención es inmediata, por lo que a las pocas horas salen de nuevo a carretera.
“Tratamos de brindarles lo más rápido el servicio pero, como no están familiarizados con el papeleo y la revisión de los diferentes equipos, el proceso de salida se vuelve lento. Los militares vuelven a verificar lo que ellos mismos, en otro punto de revisión, ya constataron. Los tiempos en cada equipo se alargan, deteniendo nuestra labor y entorpeciendo nuestro trabajo”, expuso.
Ayer, mediante un oficio dirigido a las jefaturas, Felipe Alberto Careaga Campos, encargado de la gerencia de la refinería, informó que los trabajadores deben ingresar con el calzado y el uniforme de la firma puestos, pese a que antes podían cambiarse en la planta.
A través de un mensaje de Whatsapp, el secretario de Trabajo de la Sección 35 del Sindicato Petrolero, Julio Juárez, dio a conocer a los afiiliados que, como parte del acuerdo entre el órgano gremial y la empresa, también se restringe el acceso a la refinería de Tula de Allende portando teléfonos móviles.
La inspección al personal de Pemex por parte del Ejército Mexicano comenzó la semana pasada; sin embargo, ayer estas labores fueron apoyadas por la Policía Federal (PF).
“Nos revisan las mochilas. El trato que nos están dando no es el que nos merecemos los que día a día estamos dando todo de nuestra parte para sacar esto adelante”, dijo.
Jesús González I Tula
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