Ante la carencia en el suministro de agua potable en la Zona Arqueológica de Tula, el líquido es surtido a través de pipas, lo que afecta el servicio de los sanitarios públicos y esto causa una mala imagen del lugar en los visitantes, acusaron fuentes al interior de este espacio.

“Entre semana no son muchas las personas que utilizan los sanitarios, pero son importantes para el personal y los propios artesanos que dentro de este espacio tienen sus puestos, por ello, el que no haya servicio de agua potable sí afecta mucho”, dijeron los quejosos.
Además, expresaron que han pasado periodos vacacionales con alta afluencia de visitantes en estas mismas condiciones, lo que se suma a la falta de drenaje y agua en los sanitarios de la sala introductoria Guadalupe Mastache, en la parte sur de la zona arqueológica.
“También está la dificultad que ha tenido el INAH para abrir la puerta sur que da a la colonia 16 de Enero, que, en teoría, uniría el centro de la ciudad con la zona arqueológica, pero no se ha abierto por falta de personal que atienda el acceso y la poca cantidad de personas que entran por ese lugar”, dijeron.
Las fuentes consultadas, quienes realizan actividades comerciales al interior de la zona arqueológica, dijeron que existen varias mejoras que realizar al interior de este espacio prehispánico, “lo cual podría ayudar a que más gente visite la zona, que se sientan más seguros y con mejores servicios, lo que permitiría aumentar el número de turistas”.
Durante un recorrido por la Zona Arqueológica de Tula se pudo observar el deterioro de la malla ciclónica que rodea el lugar, de ahí el proyecto del bardeado para evitar las entradas clandestinas, principalmente de los llamados mochileros.