Después de permanecer en el estadio Jesús Martínez Palillo, en la capital del país, y pasar por la caseta de Tepotzotlán, más de 4 mil migrantes arribaron ayer a Tepeji, en su trayectoria sobre la autopista de la Ciudad de México hacia Querétaro.
Desde la mañana, grupos de entre 15 y 30 personas llegaron a un puesto de auxilio ubicado en la comunidad San Juan, donde integrantes de la parroquia de San Francisco de Asís ofrecieron comida, agua y ropa a los extranjeros.
Familias de hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y personas provenientes de otros países de Centroamérica pidieron algo para comer. Algunos se subieron a las camionetas habilitadas para trasladarlos a San Francisco Soyaniquilpan, en el Estado de México, para después dirigirse a Querétaro.
Gumersindo Peneda, de 57 años, declaró a Criterio que abandonó Honduras por las extorsiones: “La seguridad está muy difícil. Querían que vendiera droga, y como no acepté, me quemaron mi casa. Allá, con mi camioneta, hacía viajes y llevaba material de un lado a otro, pero como no quise vender droga, me quemaron mi casa, y pues mejor decidí buscar otras opciones”.
En la Caravana Migrante viajan niños desde siete meses de nacidos y adultos mayores que dijeron haber dejado sus regiones de origen porque a sus hijos los asesinaron por negarse a cooperar con La Mara o con los grupos guerrilleros que exigen cuotas.
Según Joaquín Gómez Mora, director de Protección Civil de Tepeji, desde el viernes el ayuntamiento ha atendido a los centroamericanos que buscan llegar a Guanajuato, Jalisco y la ciudad de Tijuana, en Baja California.
Jesús González I Tepeji
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