En Tulancingo, cada vez es más común la presencia de personas de origen centroamericano, sobre todo varones, acompañados de infantes de no más de cinco años que piden dinero a los transeúntes para continuar su trayecto hacia Estados Unidos.
En su mayoría, al momento de pedir apoyo económico, muestran credenciales que incluyen sus fotografías y país de origen, como Honduras o El Salvador, y refieren que al recrudecerse las restricciones para abordar el tren que llaman La Bestia se ven obligados a hacer paradas no programadas y recurrir a la “buena voluntad” de los mexicanos para seguir su viaje.
El secretario municipal, Marco Vera, indicó que, sin rebasar el ámbito de competencia de la administración, han invitado a varios ciudadanos extranjeros a que se abstengan de pedir dinero.
Explicó que, de forma económica, han puesto al tanto del tema al Instituto Nacional de Migración (INM), pero lo harán de manera oficial, con el propósito de que, en coordinación con el gobierno local, se refuercen los operativos para mitigar la creciente presencia de extranjeros indocumentados que deambulan por calles y cruceros de Tulancingo.
Vera Flores aclaró que no tiene reportes que involucren a migrantes centroamericanos en algún hecho delictivo; sin embargo, conminó a la población a no otorgarles dinero y reportarlos, para que el INM se encargue de deportarlos a su lugar de origen.