La administración en turno carece de recursos para cumplir con el cierre definitivo y saneamiento del tiradero a cielo abierto ubicado en la parte alta de El Abra, el cual enfrenta una clausura administrativa impuesta por la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proespa) recién había asumido funciones, en 2012, el alcalde Julio Soto. 

A decir de Soto Márquez, la disposición de entre 115 y 120 toneladas diarias de basura en dicho tiradero costaba al municipio alrededor de 2 millones de pesos anuales, incluida la renta del espacio y maquinaria.
La clausura administrativa obligó al actual gobierno a contratar los servicios de la empresa Proactiva a efecto de depositar los desechos en el relleno sanitario que opera en Las Lajas.
Tal decisión, reconoció el edil, elevó considerablemente el costo por disposición final de los residuos sólidos, al pasar de dos a 8.5 millones de pesos al año.
Recordó que, en su momento, el propietario del predio inició un juicio, en el que demandó al municipio la responsabilidad civil o penal respecto a la disposición de los residuos, pero la autoridad competente determinó que jurídicamente el responsable es él.
“Probablemente, el siguiente gobierno pueda llegar a un acuerdo con el particular para que esas hectáreas pasen a nombre del municipio e invierta en el saneamiento y clausura”, puntualizó.
Aceptó que es apremiante concretar el cierre definitivo del tiradero porque los lixiviados derivados de las miles de toneladas de basura acumuladas durante más de una década escurrirán en los próximos 30 años y afectarán a las comunidades San Vidal y Santa María Asunción.