Jóvenes empresarios impulsan a diseñadores, académicos y bordadoras para crear prendas que combinan lo moderno y, al mismo tiempo, rescaten el bordado de los tenangos a través de la innovación e investigación.

Encabezados por Juan Pablo Daniels, modisto oriundo de Tulancingo propietario de Modelart, buscan promocionar los bordados tradicionales de la región en ropa casual para llevarla a pasarelas, una iniciativa en la que han trabajado desde hace dos años.

“Lo que busco es rescatar la ropa artesanal de la región Otomí-Tepehua. La idea surgió de jóvenes emprendedores con diseñadores de la academia Clement”, explicó el creativo.

Su objetivo es valorar los saberes locales, por lo que la observación de las tejedoras indígenas resulta no sólo una inspiración para sus diseños, sino también un ejemplo de cómo trabajar lo tradicional.

“El tenango se define porque son figuras que sólo las artesanas pueden bordar, es un don que ellas tienen. Ahora (otras personas) los están haciendo con máquinas (lo que en ocasiones deriva en plagios), por eso buscamos concientizar (sic), conservar el origen, innovar, tal vez, pero sin perder su tradición y esencia”, aseguró Daniels.

“Son cuatro bordadoras con quienes trabajamos y un dibujante. Me asesora una estudiante de Antropología, un maestro en Artes Visuales, y diseñadores de la Academia Clement”, detalló.

Daniels, con su empresa, lleva a áreas urbanas el trabajo de bordadoras de Tenango de Doria, quienes con sus manos se arriesgan a descubrir nuevas posibilidades de mercado.

PARA TENER RECURSOS

Este encuentro creativo entre lo nuevo y lo ancestral permite compartir saberes y generar nuevas ideas para el mundo de la moda y, al mismo tiempo, proporciona una oportunidad para generar recursos.