La casa de la señora Nieves Rodríguez quedó al paso de la autopista Ecatepec-Peñón, una de las obras que están en el limbo tras la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
En el Ejido Amanal, a orillas del Municipio de Atenco, se ubica la propiedad de esta mujer de 59 años, vendedora de zapatos por catálogo y de pan de elote.
Cada una de las puntas de la vialidad, a cargo de la empresa Pinfra, quedaron a un costado de su vivienda.
Asegura que como es su casa desde hace 21 años, y nadie le dijo que resultaría afectada, trató de seguir su vida.
“Cuando yo me enteré, ya fue cuando comencé a ver mucho movimiento. Yo me di cuenta que iban altando (levantando) más y más la carretera, y que yo aquí seguía, pero yo pensé: ‘no me preocupa, es mi terreno, es mi casa'”, explica la señora Nieves.
Asegura que fue hace un año y medio cuando una representante de Pinfra se presentó con ella.
“Me dijo que necesitaban pasar mi casa para allá atrás y que si yo no estaba de acuerdo se iban a la expropiación”, narra.
A pesar de que se anunció la cancelación de la obra, la mujer asegura que las obras continúan, así como la amenaza de que le expropien su terreno.
Campesinos de Atenco montaron un campamento en su patio y esperan que alguien les informe quién va a resarcir la destrucción de cerros, las invasiones y las minas ilegales que ha ocasionado el nuevo aeropuerto.
“Yo no soy la única que se opone al aeropuerto, yo sólo quiero vivir en paz”, asegura.
Jorge Ricardo
Agencia Reforma