Con la cabeza reventada quedó el cuerpo sin vida de un hombre, luego de ser atropellado por una máquina cuando se dirigía a trabajar a una mina de tezontle, en Atotonilco de Tula. 

Después de la 9:00 horas de ayer, fue descubierto el cadáver del trabajador sobre un camino que conduce a un yacimiento habilitado para la extracción de material pétreo, con el cráneo completamente despedazado nadando en un charco
de sangre.
Tras el macabro hallazgo, algunas personas que transitaban por el lugar reportaron el suceso a los números de emergencia, donde minutos más tarde arribaron agentes policiales, para acordonar el área del fatídico accidente.
Versiones preliminares del presunto incidente indican que Lucio Estrada Alonso, de 53 años de edad, salió de su domicilio ubicado en la comunidad Pedregal, para laborar en un banco de tezontle que se ubica a un costado de la carretera Tula-Jorobas, pero en su trayecto una pesada unidad motora le pasó las llantas encima, privándolo de la vida
instantáneamente.
En vano, arribaron a la zona del percance los cuerpos de emergencia del municipio, pues el atropellado ya tenía varias horas de haber expirado.
Al ser avisados los familiares, al lugar llegó la esposa del difunto, quien se identificó como María Esther de Jesús Montiel, de 51 años de edad, y tras ver a su conyuge con los sesos expuestos entró en una severa en crisis nerviosa, mientras, pasando las 11:00 horas el cadáver era retirado de la zona por personal forense para ser trasladado al anfiteatro local.
Sobre el responsable de haberle dado muerte al trabajador, las autoridades no han emitido información alguna, hasta que la procuraduría del estado dé a conocer los avances de las pesquisas realizadas por sus agentes para esclarecer el fatal suceso.