¿Qué sería del desayuno, la repostería y la panadería sin él? Su presencia se hace evidente en la españolísima tortilla de patatas y la francesísima quiche, pero también se esconde tras el brillo de una hojaldre y la textura de un flan.
Sí, el huevo es un ingrediente omnipresente en las cocinas del mundo y hoy celebra su día. Para conmemorarlo, nada como invitarlo al plato con pleno conocimiento sobre su valor nutricional.
Aportar al organismo pocas calorías y una buena cantidad de proteína de alto valor -que contiene los nueve aminoácidos esenciales-, es la virtud que lo ha hecho un favorito para el desayuno.
A eso habría que sumarle su gran densidad de macronutrimentos, su contenido de minerales (hierro, fósforo, hierro, selenio, potasio, cobre, manganeso, y zinc) y que, exceptuando la C, tiene prácticamente todas las vitaminas, describe la ingeniera en alimentos Debby Braun.
Y antes de descartar la yema sin razón, sería justo saber que es una rica fuente de carotenoides, ácido fólico y vitamina D.
“Integrar el huevo a la dieta semanal es importante, no existe una cantidad específica: su consumo debe ser equilibrado dentro de un régimen sano, sobre todo si las personas padecen colesterol alto o problemas cardiacos”, acota la experta.
Para eliminar cualquier riesgo de salmonela, además de optimizar la absorción y digestibilidad de la proteína, la autora de Higiene en la cocina y Recetas para deportistas recomienda consumir los huevos cocidos a una temperatura mínima de 74 °C.
Algunas ideas
Incluye huevo duro en distintas recetas:
+ Hazlo parte del desayuno: sobre una tostada de pan campesino pon rebanadas de aguacate y huevo.
+ Como snack: parte por la mitad, retira la yema, mezcla con ensalada de atún, hummus, jocoque…
+ Para ensaladas: pica y mezcla con papa cocida, apio y mayonesa, o integra a una capresse.
+ Como guarnición: picado junto con trozos de espárragos blanqueados, jitomate y aceitunas.
+ En aderezo: mézclalo con mayonesa, mostaza de Dijon, alcaparras, pepinillos y cebolla morada.
+ Como relleno: picado dentro de las clásicas albóndigas de res o de pollo.
Arturo Navarro I Agencia Reforma