El universo lechero es uno en constante expansión. Basta recorrer el pasillo de cualquier supermercado para darse cuenta de su enorme oferta: desde aquéllas que presumen origen orgánico hasta las diseñadas tecnológicamente para cubrir las necesidades de diabéticos, niños, deportistas…

“Estos tipos de leche los asociamos a un interés del consumidor o a una necesidad de la industria: si hay intolerantes a la lactosa, ofrecemos productos que no tengan lactosa; hay leche para 40 años de edad, para diabéticos. Hay una diversidad extraordinaria que, a veces, genera confusión para los consumidores, porque luego no saben cuál es la que deben llevar a su casa”, apunta Sergio Soltero, presidente del Consejo para el Fomento de la Calidad de la Leche (Cofocalec).

A pesar de mitos e informaciones erróneas sobre su efecto en la salud, en los hechos la leche sigue gozando de un prestigio inigualable, mismo que le ha permitido formar parte de la dieta de la Humanidad desde hace más de 7 mil 500 años, según demostró un estudio del University College de Londres.

“En general, el lechero es un sector que crece a tasas moderadas. Los ganaderos crecen a un 1.7 por ciento cada año, y la industria crece digamos a un 5 por ciento”, relata René Fonseca, presidente de la Cámara Nacional de los Industriales de la Leche (Canilec).

De acuerdo con datos de ambas cámaras, en el país hay alrededor de 250 mil establos -96 por ciento tiene 100 o menos vacas-, los cuales generan 600 mil empleos directos y un millón más indirectos, además de producir 6.2 por ciento del PIB del sector agroalimentario.

De la misma forma que la oferta ha evolucionado para satisfacer a un público cada vez más consciente de la salud y la alimentación equilibrada, la industria ha generado prácticas sustentables que garantizan el bienestar del ganado vacuno.

“Es fundamental el cuidado de los animales, porque un animal maltratado o estresado no te va a producir lo que te produce uno en buenas condiciones, tanto fisiológicamente como en comfort. En zonas donde hace calor les ponen sus abanicos, su brisa, para mantenerlos a cierta temperatura; es fundamental que tengan una cama donde puedan echarse y estar cómodos”, detalla Fonseca.

Un estudio de la Universidad Pública de Navarra demuestra que no sólo la leche es uno de los alimentos más inocuos que se pueden encontrar en el mercado, sino que su consumo está recomendado para personas de cualquier edad, desde niños hasta ancianos, por lo que el secreto está en elegir la que mejor se adapte a tus necesidades.

Curiosidades lecheras

+ 11 de cada 100 pesos que un mexicano gasta en comida, los ocupa en lácteos y sus derivados.

+ El pintor Andy Warhol eligió a Elsie, mascota de la firma lechera Borden, como uno de sus íconos americanos. El otro fue Marilyn Monroe.

+ Hace 160 años, en 1858, Gail Borden Jr. inventó un proceso mediante el cual evaporaba la leche para matar bacterias. El producto resultante se conoce como leche evaporada.

+ Durante la Segunda Guerra Mundial, la leche fue empleada para crear una especie de bioplástico que se utilizó en la manufactura de aviones.

+ En 1810, Nicholas Appert patentó unas tabletas de leche seca, pero no fue sino hasta 1869 cuando Henry Nestlé perfeccionó el método para hacer leche en polvo.

+ De acuerdo con la Sagarpa, la producción de leche aumenta en verano. Febrero es el mes en el que se produce menos leche en el año.

¿Sabías qué?

Aunque el ganado bovino se domesticó hace 11 mil años en Medio Oriente, la leche se consumía fermentada debido a que los adultos de entonces no toleraban la lactosa.

Científicos ingleses encontraron que la leche fresca comenzó a beberse en el centro de Europa hace aproximadamente 7 mil 500 años.

+ México es el 14 productor de leche de vaca en el mundo. Aporta 2 por ciento del total mundial

+ Actualmente se produce casi el doble de leche que en 1990

+ La oferta nacional cubre alrededor de 70% de la demanda. El resto es leche importada, principalmente de Estados Unidos

+ Jalisco es el principal productor de leche, con 19.5% del total. Le siguen Coahuila (11.5) y Durango (10.2)

+ En promedio, el mexicano gasta 11% de su presupuesto para alimentos en lácteos o sus derivados.

José Arrieta I Agencia Reforma