1. Convertirse en un “buscapleitos”. No falta el borracho que se siente el más fuerte de todos y no duda en provocar al primero que se le pone en frente para iniciar una riña.

 A veces no lo busca, pero basta una simple mirada a su pareja para creer que están coqueteando con ella. Aunque es más común este comportamiento en hombres, también aplica a las mujeres.

2. Sentirse el más sexy de la fiesta. No importa si es realmente la persona más atractiva del lugar, luce la mejor ropa o simplemente es a quien todos rechazan, el exceso de alcohol le hace creer que todos desean verlo bailar sensualmente mientras se despoja poco a poco de su vestimenta.

3. Besar a la más fea o feo. Para estas personas aplica el dicho que con alcohol, todas son guapas, aunque en realidad parece más una excusa para justificar la urgencia por ligar. Siendo realistas, la más linda o guapo de la fiesta jamás se va a fijar en la persona que esté más ebria, así que tal vez sabiendo que se está borracho, lo mejor sea “cachar” lo que sea y echarle la culpa al alcohol.

4. Llamar a tu ex. Si acaba de terminar la relación o aún te sientes despechado a pesar de los meses e incluso años de haber terminado, es muy probable que si se te pasan las copas, termines hablándole a tu ex y le digas cuánto le quieres, extrañas e incluso que has estado con alguien más y que no sientes lo mismo. En pocas palabras, desastre total.

5. Decirle a todos: “te quiero mushooo”. Para algunas personas el alcohol es sinónimo de amor, pues basta que se pasen un poco las copas para decirle a cualquier amigo (en el mejor de los casos) o completamente desconocido, todo el cariño sienten por él.

6. Caerse frente a todos. Cuando se está ebrio perder el equilibrio es normal y puede no ser tan mal visto, pero visitar el suelo puede ser el peor de los “osos” incluso entre los borrachos. Normalmente las personas que están tan ebrias que no logran sostenerse de pie, llegan a caerse justo en el momento en que todos lo están mirando, haciendo el peor de los ridículos. Son también conocidos como “toreros”, pues salen cargados en hombros y arruinando la fiesta a todos sus acompañantes.

7. Regalar dinero. Por alguna razón, muchas personas relacionan el alcohol con el desapego al dinero, pues cuando se encuentran en estado de ebriedad, fácilmente abren la cartera y regalan billetes a quienes cruzan por su camino. Normalmente son los meseros, cantineros y taxistas quienes salen más beneficiados, pues reciben jugosas propinas involuntarias

8. Despertarse en cama ajena. Descubrir al despertar que no te encuentras en tu dormitorio es hablar de palabras mayores, sobre todo si a tu lado se encuentra alguien que no conoces y ambos se encuentran completamente desnudos. Para muchos esto podría ser sinónimo de una buena noche si es que la otra persona en la cama es atractiva, pero las cosas pueden complicarse si resulta ser tu mejor amiga, esa que realmente sólo puedes ver como una hermana.

9. “Balconearse” en redes sociales. Las redes sociales han logrado acercar a las personas que se encuentran lejos y permiten compartir con tus amigos y familiares momentos especiales capturados en fotos o videos, pero esto puede convertirse en el peor de los infiernos cuando se está ebrio. Quizá te haya tocado ver que una amistad haya publicado en Facebook o Twitter fotos de su borrachera que muestren cualquiera de los puntos anteriores.

10. No recordar nada de lo sucedido al día siguiente. Hay quienes lo ven como un trofeo y se jactan de no tener recuerdos de la noche anterior, pero que te pase eso es justo lo que peor habla de ti, y más si esta amnesia post-fiesta es frecuente. Lo mejor en estos casos es fingir demencia de tu demencia.