Hay actores que se toman muy en serio lo de meterse dentro de sus personajes.

Algunos se ponen los zapatos de la persona a la que representan, como Robert De Niro en Los intocables, de Eliot Ness; otros adelgazan o engordan a capricho, como Christian Bale, y otros se destrozan el hígado para interpretar a un alcohólico, como Billy Bob Thornton.

Según confesó el actor en una entrevista a Entertainment Weekly, durante la filmación de Bad Santa (2003), hubo escenas del filme en las que había bebido tanto que estuvo a punto de sufrir un coma etílico.

“Me bebía como tres vasos de vino tinto para desayunar. Luego me pasaba al vodka y el jugo de arándanos, para más tarde tomarme unas cervezas light”, afirmó el actor como explicación a su receta para entrar en el papel.

Al acabar de trabajar, el intérprete se iba de fiesta y no dormía, por supuesto, con el propósito de dar mayor credibilidad a su actuación.

“Hubo ocasiones en las que salía con mis colegas hasta las 3:30 de la mañana y tenía que estar en el trabajo a las 7”, afirmó Thornton.

La película Bad Santa, convertida hoy en un singular clásico navideño, narra la historia de Willie, un alcohólico cuyo trabajo es hacer de Santa en un centro comercial.

El largometraje fue dirigido por Terry Zwigoff y junto a él aparecieron Tony Cox, Brett Kelly y Lauren Graham entre otros.

Omar Alberto Gutiérrez I Agencia Reforma