En 2016, las fronteras entre el crimen y el cibercrimen serán cada vez más difusas y éste último delito se consolidará como un servicio, tal como funciona un software comercial, advirtió la empresa desarrolladora de soluciones de seguridad G Data.
En un comunicado, la compañía tecnológica explicó que las fronteras entre el crimen físico y el digital se rompen, y cada vez es más fácil adquirir drogas, armas, pasaportes y cualquier tipo de documentación personal en las tiendas online.
Asimismo, pronosticó que la universalidad del Internet de las Cosas permitirá que artículos de uso cotidiano como refrigeradores, cafeteras, vehículos y televisores entre otros, sean más comunes, aunque generalmente para su diseño no se tome en cuenta ningún elemento relacionado con la seguridad informática.
Adelantó que los cibercriminales intensificarán sus esfuerzos para violar las brechas de seguridad asociadas al Internet de las Cosas y utilizarlas como un vehículo para llegar a una computadora personal o una red corporativa.
Por otro lado, previó que las redes WiFi seguirán siendo un botín apetecible, ya que mediante éstas es posible ingresar a la información personal de los usuarios.
Para los cibercriminales, abundó, estas redes WiFi, normalmente no protegidas, constituyen una forma fácil y rápida de conseguir generosa información personal.
Al respecto, el experto en ciberseguridad de G DATA, Eddy Willems, afirmó que “no sólo las empresas y los estados digitalizan y se aprovechan de internet para agilizar y mejorar cada vez más cualquiera de sus procesos, los criminales también lo hacen”.
“Nos adentramos en una época donde crimen y cibercrimen estarán cada vez más conectados y donde sus fronteras irán poco a poco desvaneciéndose. Esto significa, por ejemplo, que la compra venta de drogas y sustancias prohibidas irá dejando las calles para resguardarse en el anonimato de la red”, de acuerdo con el ejecutivo.
Agregó que el cibercrimen se consolida día a día para ofrecer un catálogo cada vez más completo que incluye ataques a empresas, organismos públicos o usuarios particulares en función de los deseos del cliente.
