Para que una película se clave en el imaginario colectivo y pase a la historia no hay una fórmula mágica. Sin embargo, generalmente debe haber un buen guión, un elenco ideal y, en muchas ocasiones, un vestuario realmente sorprendente.
Robocop, Alien, Depredador, Viernes 13 y Halloween se han vuelto clásicas no sólo por ser referentes de su respectivo género, sino por la caracterización de sus personajes principales.
Sobre todo si se trata de maquillaje y vestuario, y no de efectos especiales digitales, aunque eso implique problemas de logística y, a veces, un verdadero calvario para los actores.
Pero todo sea por amor al arte… y por pasar a la posteridad.
El león cobarde
El mago de Oz (1939)
Bert Lahr
El disfraz pachón pesaba poco más de 40 kilos, estaba hecho de la piel de dos leones reales y Lahr se tardaba dos horas en ponérselo. Hace algunos años se subastó por 869 mil dólares.
Chewbacca
Star Wars: Episodio IV – Una nueva esperanza (1977)
Peter Mayhew
Debido a que estaba hecho con pelo de yak y conejo (y de que pesaba cerca de 30 kilos), el calor dentro del disfraz era insoportable. Para el Episodio III se le incluyó un sistema de refrigeración por agua.
Mystique
X-Men: Primera generación (2011)
Jennifer Lawrence
Para aplicar la pintura azul y las escamas al cuerpo desnudo de la actriz, la gente de maquillaje se tardaba hasta ocho horas. Después redujeron el proceso a tres, pues el 60 por ciento se hacía por computadora.
Gatúbela
Batman regresa (1992)
Michelle Pfeiffer
La actriz sufrió con su disfraz de látex, pues debían aplicarle talco en todo el cuerpo y succionaban el material para que se adhiriera a sus curvas. Esto le provocó varios ataques de claustrofobia.
Jabba
El Hutt
Star Wars: Episode VI – El regreso del jedi (1983)
El enorme gusano era operado por dos personas que se encerraban en el traje, quienes se encargaban de los brazos y la boca; dos personas más controlaban su cara y ojos, y un pequeño se ocupaba de la cola.
Rodolfo G. Zubieta I Agencia Reforma