Una expresiva mirada, una sonrisa encantadora, presencia y elegancia bastaron para que Halima Aden destacara en el concurso de belleza Miss Minnesota.

Y es que la joven musulmana se colocó en las 15 finalistas aspirantes al título sin mostrar casi nada de su cuerpo, apenas rostro y manos.

Incluso sentó un precedente al ser la primera en utilizar un burkini y hiyab, mientras el resto de sus compañeras desfilan en diminutos trajes de baño que resaltan sus curvilíneas figuras.

La joven somalí-estadunidense, de 19 años, dejó atrás a otras 30 concursantes en la etapa semifinal del certamen. Y aunque la corona finalmente se la quedó Meridith Gould, Halima cumplió su cometido.

La estudiante universitaria, quien nació en un campo de refugiados en Kenia y se estableció con su familia en Estados Unidos a los siete años, quiso romper con los estereotipos que prevalecen alrededor de la mujer musulmana.

Por eso, envió a la Organización Miss Universo la petición de participar sin tener que quebrantar sus costumbres y valores.

“No ver a mujeres que lucen como tú en los medios, pero específicamente en los concursos de belleza, es enviar un mensaje de que no eres bella y que tienes que cambiar la manera en que te ves para ser considerada bella. Pero eso no es cierto”, dijo en una entrevista con The Huffington Post.

Además, Halima desea ser una inspiración para otras chicas que consideren que utilizar un hiyab o burkini es un impedimento para salir adelante y mostrar la opresión que vive su cultura por la desinformación y la mala fama que han generado los grupos terroristas.

“Debemos honrar a todos y dar la bienvenida a quienes son diferentes a nosotros. Este año ha sido de mucha negatividad, es tiempo de apartarnos del odio y aprender a aceptarnos. Yo escojo amar porque una nación que no se mantiene unida se derrumba”, escribió en su cuenta de Instagram.