Ante 62 mil 300 fanáticos, según cifras oficiales, la agrupación hizo gala de su talento y su estilo característico que enamoró a sus admiradores desde el primer minuto del show.

Aunque en ciertos momentos llovió, esto no fue un impedimento para que la euforia se apagara, al contrario, los asistentes no paraban de gritar y sorprenderse de la voz de Adam Levine, quien en esta ocasión llegó a la capital del país, rubio, con jeans y chamarra de mezclilla.

“¡México City!”, gritó el cantante luego de la primera canción de la noche “Animals”, con la cual todo lo el público de las gradas se levantó y coreó cada una de las 16 rolas que sonaron, acompañadas del potente sonido de la batería, teclados, guitarras y bajo.

El vocalista, quien se mostró entusiasta, interactuó constantemente con los miles de melómanos, quienes llegaron puntualmente a la cita, ya sea para obtener un mejor lugar, en la pista o para preparar las gargantas y cantar toda la noche de este año bisiesto.

“One more night”, “Stereo hearts”, “Harder to breathe” y “Lucky strike” fueron las piezas que siguieron en el repertorio en el que Levine pedía a sus fans que lo ayudaran a cantar.

“Te queremos México, gracias por venir, esto es sorprendente”, confesó el coach del programa “La Voz”, quien en ocasiones se ponía romántico con canciones como con sus éxitos “She will be loved”, “Love somebody”, “Maps” y “Wake up call”.

“Este show es increíble muchas gracias por estar aquí, mi español no es bueno me gustaría hablar mejor no tengo buena pronunciación, pero prometo aprender para la otra”, aseguró, quien promocionó su reciente álbum “V”.

De pronto los instrumentos se detuvieron y a capela cantó “This love” que fue coreada por todos, Adam quien presentó a sus compañeros y con quienes intepretó “Payphone” tomado de los hombros, también demostró lo audaz que es con la guitarra eléctrica en “Sunday morning”, “Makes me wonder” y “Daylight”.

Ya en la recta final, Maroon 5, cuya reciente visita fue en la Arena Ciudad de México en el 2012, puso a bailar a todos con su sencillo “Moves like Jagger”, en el que ya se había quitado la chamarra y mostró sus tatuajes en los brazos.

A continuación siguió “Sugar” en este espectáculo en el que hubo dos columnas verticales al lado del escenario para ver más de cerca al grupo y otras horizontales con imágenes tridimensionales.