Los que han visitado el Museo de Historia Natural recientemente saben que en el conjunto de cuatro bóvedas que componen la exposición Evolución de la Vida todas esas especies coexisten esperando a que las visites.
Esta sala, recientemente renovada, fue visitada por un grupo de niños. La bienvenida se las dio una réplica del esqueleto del Diplodocus, uno de los dinosaurios más grandes que existieron, y el de un Pterodáctilo que sobrevuela el lugar.
Para los que visitan por primera vez este museo, como Isabella Molina, encontrar reunidas especies que ya no existen en el planeta es una gran oportunidad de aprender de otras formas de vida, así como de tomarse algunas fotos.
“Es increíble cuánto puedes aprender de todos los seres que viven y vivieron en el planeta, aquí hay de todo: mariposas, murciélagos, dinosaurios y muchos animales más”, menciona Isabella, de
seis años.
Me gusta la variedad que tiene, encuentras toda la historia del planeta, los humanos y animales, y
te ayudan a entender todo”, Emma Romero, 8 años
No importa que ya hayas venido, cada sala es diferente y tiene algo que enseñar; mi preferida es la del arrecife”.
Luca Martino, 10 años
Jimena Larrea I Agencia Reforma