Al superar cuantiosas barreras para convertirse en la primera médica en México, la Dra. Matilde Montoya, abrió un camino para que otras mujeres siguieran sus pasos, al pedirle al entonces presidente mexicano y otros funcionarios del gobierno que abrieran las puertas de la Escuela Nacional de Medicina.

Google señala que, nacida en la Ciudad de México, un día como hoy, pero de 1859, Matilde Montoya fue una niña brillante, que siempre fue alentada por su madre a continuar con su educación.

Con la ayuda de tutores privados, completó su educación primaria y pasó la prueba para convertirse en maestra de primaria a los 13 años. Al inscribirse en la Escuela de Obstetricia, comenzó a trabajar en un hospital cuando era una adolescente. Obtuvo su título a los 16 años y trabajó en Maternity House, que se especializó en atender los nacimientos de madres solteras.

En busca de lograr un título en medicina, la joven partera se inscribió en la Escuela de Medicina de México, pero se le negó la admisión porque las reglas oficiales se referían a estudiantes varones y no a alumnas.

Sin desanimarse, la Dra. Montoya escribió al presidente mexicano, Porfirio Díaz, en busca de ayuda, quien finalmente apoyó su solicitud. Una vez aceptada oficialmente, solicitó que la Cámara de Representantes actualizara las reglas de la Escuela de Medicina para permitir la admisión de futuras candidatas. Sin embargo, incluso después de haber sido aceptada en el programa, fue ridiculizada por algunos estudiantes que la describieron como una “mujer imprudente y peligrosa” por tratar de convertirse en un médico.

A pesar de los obstáculos que enfrentó, la Dra. Montoya logró su título de médico en 1887.

La Dr. Montoya ejerció su carrera durante décadas, brindando atención a pacientes sin distinción, y cofundó la Asociación Médica Mexicana.

Con información de Google

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