Reinventó Cuarón forma de hacer cine
 
Hace (62) meses
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Joe KLAMAR / AFP

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Una película filmada en orden cronológico, sin que los actores o el equipo de producción tuviera acceso a todo el guion, instrucciones contradictorias para confundir al elenco: Roma fue el laboratorio en el que Alfonso Cuarón reinventó su manera de hacer cine.

Era un proyecto muy personal, íntimo, tanto que es prácticamente una fotografía de su infancia en el número 21 de la calle Tepeji, en el barrio Roma Sur, Cuauhtémoc.

No imaginó que esta película en blanco y negro, hecha en México y por mexicanos, hablada en español y mixteco, tendría tanto éxito en la temporada de premios del cine mundial, que termina el 24 de febrero con los Oscar, a los que llega con 10 nominaciones.

Solo Cuarón está nominado por la producción, el guion, la fotografía y la dirección, que fueron aclamadas por su tremenda calidad.

“Era hacer un proceso que no supiera hacer, reinventarlo y aprender en el proceso, era fundamental eso”, dijo a la AFP este cineasta de 57 años, ganador del Oscar en 2014 por Gravedad.

Es decir, Cuarón quería hacer cine como nunca antes. De ahí la decisión de filmar cronológicamente, algo muy inusual en un largometraje, y de no compartir el guion.

 

 

Un caos a propósito

Roma se centra en la niñera de Cuarón, una joven de origen indígena que queda embarazada tras sus primeras experiencias sexuales y que es interpretada por la debutante Yalitza Aparicio, nominada también al Oscar.

Cuenta además la historia de su madre en proceso de separación, y los conflictos domésticos y las jerarquías sociales del México de la década de 1970.

El casting también tuvo mucho de este proceso de reinvención: el primer requisito era que los actores se parecieran físicamente a los personajes que interpretaban, más allá de su experiencia.

La mayoría de los actores terminaron debutando, como Aparicio, en el set de Roma.

Cada mañana, durante los 108 días de rodaje, el más largo de todos sus proyectos, Cuarón daba diálogos a unos e instrucciones que contradecían el parlamento a otros.

“Cuando estaba rodando cámara era un caos, como un embotellamiento, y así es la vida, no es organizada”, dijo Cuarón en un simposio en enero.

Ocurrió en la escena en la que la madre le pide a los niños que escriban cartas al padre que, creen, está de viaje de trabajo.

“Le digo a Marina (de Tavira), que interpreta a la madre: ‘el hijo mayor es el que más te recuerda al padre, el que es más cercano al

padre, así que asegúrate que escriba una buena carta’, y luego secretamente le digo al chico: ‘en el momento que tu madre comience a hablarte, te levantas y te vas’”.

Lo mismo cuando el bebé de Cleo, la empleada doméstica, nace muerto. Aparicio “no sabía lo que iba a ocurrir”, contó Cuarón. “Y cuando el doctor le pregunta si quiere ver al niño, ella dice que sí; fue una reacción honesta”, a pesar de que en verdad, Libo, su niñera en la vida real, pidió no verlo. “Cedí a un momento de verdad en esa historia”.

 

AFP | Los Ángeles

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