Muse concluyó la noche del viernes su tanda de tres conciertos en el Palacio de los Deportes con el show más intenso y energético de la semana.
Si bien la agrupación hizo apenas algunas variaciones en el listado de temas y volvió a padecer problemas técnicos con su docena de drones, la conexión con los 24 mil espectadores que asistieron al Domo de Cobre fue total. Además, el trío se mostró mucho más suelto y relajado en sus ejecuciones y en la forma en que intimó especialmente con los fans apostados en la zona general.
Tal y como sucedió en el recital del miércoles, la primera parte de la presentación concentró Drones, Psycho, Reapers y, dedicada a uno de los guías de turismo que llevó a la banda a Teotihuacán el jueves, la vibrante Bliss.
Las dos grandes novedades del set fueron Citizen erased y Feeling good, cover que desde hace años la cuadrilla de Devon suele incluir en sus conciertos. Sin cambiar en demasía el resto del libreto y como se esperaba, Starlight, Madness, Time is running out, Uprising, Mercy y Knights of Cydonia cosecharon las griterías más sonoras.
Entre los fallos que se dieron, la banda debió comenzar de nuevo Undisclosed desires, además de que dos de los drones chocaron y se deshicieron, por lo cual ya no se usaron en el desarrollo del concierto que finalizó a las 23:30 horas.