Ella Pick, de 19 años, nunca imaginó que su regreso de sus vacaciones en Grecia desataría una odisea médica. Lo que inicialmente asumió como una resaca post-viaje se reveló como un tumor cerebral sin cura
Ella Pick, de 19 años, nunca imaginó que su regreso de unas vacaciones en Grecia desataría una odisea médica. Lo que inicialmente asumió como una típica resaca post-viaje se reveló como un devastador diagnóstico de un glioma difuso en su tronco encefálico, un tumor cerebral sin cura conocida.
Durante sus cuatro semanas en Zante, disfrutando del sol y la playa, todo parecía normal. Sin embargo, al volver a Boston, Lincolnshire, síntomas alarmantes como migrañas severas y la desviación de su ojo izquierdo llamaron su atención. “Me empecé a sentir mal, ya no salía ni bebía tanto”, confesó Ella en una entrevista con The Sun.
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La búsqueda de respuestas la llevó al médico, donde una tomografía computarizada y una resonancia magnética revelaron la terrible verdad: un glioma difuso de la línea media en su tronco encefálico, una sentencia de un año de vida según los médicos.
Aunque devastada, Ella enfrenta su situación con valentía y esperanza. Con el apoyo de sus seres queridos, ha decidido compartir su historia para crear conciencia sobre los síntomas que podrían señalar problemas graves de salud.
El glioma pontino intrínseco difuso (GPID o DIPG) es un tipo de tumor cerebral agresivo que afecta la protuberancia del tronco encefálico. Sus síntomas incluyen dificultades visuales y de movimiento, problemas de habla y deglución, dolor de cabeza, náuseas, entre otros.
