Año del zopilote, Año de Hidalgo
 
Hace (92) meses
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El zopilote, ave de rapiña en extinción en muchas partes del mundo, incluido nuestro país, devora todo, hasta basura, como el buitre común. Es un deshuesador, un despojador ladrón voraz.
Sin embargo, por obra de magia, el zopilote reencarna cíclicamente en México cada seis años, cada tres años, según el calendario político: se harta de todo lo nuevo y levanta vuelo con todo lo que puede, sin dejar rastros, para perderse en el infinito del imaginario olvido con el amparo del tradicional caballazo* institucional.
El zopilote es una figura alegórica del desacreditado e impune año de Hidalgo, sinónimo de la corrupción que ha señoreado en México durante decenas de años, desde que la Revolución incubó gobiernos enquistados en un solo partido dictatorial, octogenariamente dominador.

EL CABALLAZO
El año de Hidalgo pervive aparejado con el caballazo institucional, que admite las cuentas turbias de las administraciones salientes, aceptadas como honestas y transparentes. El caballazo es prácticamente un borrón y cuenta nueva.
(En 1975, el gobernador Manuel Sánchez Vite se refirió al caballazo como una forma de pasar por alto conductas incorrectas de los antecesores de presidentes de la república, gobernadores, presidentes municipales).
Los vuelos del zopilote, sexenal, cuatrienal o trienal forman parte de la impunidad de toda clase de funcionarios de gobiernos salientes. No hay quien impida que los muebles y diversos equipos nuevos adquiridos por la administración que se aleja, sean sustituidos por los muebles y equipos viejos que recibió, dado que en los inventarios “todo está en orden”. Se llevan lo nuevo y reintegran lo viejo.
Cada vez que concluye una administración desaparecen, además, archivos de toda índole e incluso colecciones de fotografías.
“El año de Hidalgo con su ta- ta – ta- ta- ta el que deje algo”, es descaradamente igual al año del zopilote, de la rapiña, del despojo nunca se extinguirá, hemos visto como resucita periódicamente, y seguramente lo veremos en estos días.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Funcionarios nuevos lo buscan. Útil para la rapacería. No deja huellas de sus despojos.

*El caballazo: frase en desuso en el lenguaje popular, forma parte del habla coloquial de los políticos de viejo cuño y transmitido con otros términos cifrados a las nuevas generaciones.

¿Y LOS CONVENIOS LEONINOS, DON ELEAZAR?
Durante las últimas semanas el alcalde saliente Eleazar y la futura presidenta municipal, Yolanda Tellería, se han reunido, pero no han difundido públicamente el contenido de los leoninos convenios firmados por la agonizante administración con las empresas Cambio Verde, la operadora del radar y la de los parquímetros.
Los habitantes de Pachuca debemos enterarnos cuáles son las condiciones en que fueron pactados, aprobados a modo por una sumisa asamblea municipal.
Lo que es parejo no es chipotudo.

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