“En última instancia los derechos de propiedad y los derechos individuales son la misma cosa.”
Calvin Coolidge
Buscan presentarlo como una expropiación, pero no es más que el despojo del patrimonio de una familia trabajadora por el gobierno de Eruviel Ávila.
La familia Villalpando es muy conocida en Valle de Bravo, en parte porque tiene 40 años viviendo en el lugar, pero también porque ofrece un servicio de pensión y cuidado de lanchas para los vecinos. Con esa pensión la familia se ha ayudado durante décadas.
El viernes 29 de julio unos 50 policías armados, encabezados por Jaime Bueno López, director general de gobierno de la región de Valle de Bravo, llegaron con trascabos al predio de la familia Villalpando. En el terreno contiguo, donde no había nadie, rompieron los candados, se metieron y destruyeron la casa, una construcción de más de 100 años de antigüedad. En el de la familia Villalpando encararon a don Mario, de 88 años, a quien mostraron un ejemplar de la Gaceta del Gobierno del 27 de junio donde se publicaba un decreto de expropiación de los dos predios.
Don Mario fue presionado para firmar un “acta de entrega de posesión”. Si no aceptaba, lo sacarían de inmediato de la casa y destruirían todo lo que ahí se encontraba. Si firmaba, le permitirían quedarse una semana, hasta el viernes 5 de agosto. Para mostrar su poder, le enseñaron cómo estaban ya destruyendo la casa vecina. Don Mario, amedrentado y sin apoyo de un abogado, firmó el acta. Sólo después llegaron su hijo, Arturo, y su nuera, la maestra Sara Villalpando.
La Gaceta del Gobierno del 27 de junio efectivamente ordena la expropiación de dos predios, uno de mil 469 metros cuadrados, y el otro de mil 480 metros, por “la causa de utilidad pública consistente en la construcción de áreas culturales, deportivas, de convivencia, parques recreativos y jardines”.
Muchos terrenos lindan con el lago, pero son de capitalinos ricos y poderosos a los que el gobierno del Estado de México no quiso tocar. Quienes idearon esta expropiación pensaron que nadie defendería a un anciano de 88 años, a un cuidador de lanchas y a una maestra. La familia nunca fue notificada de la expropiación. Ni los Villalpando ni ninguna familia mexiquense tienen la costumbre, supongo, de buscar todos los días la Gaceta de Gobierno para ver si no están siendo despojados de su propiedad. El decreto, firmado por el propio gobernador Eruviel Ávila, fue publicado en un número de la Gaceta del que sólo se imprimieron 300 ejemplares.
El gobierno dice que hizo una consulta pública. La reunión que se llevó a cabo el 23 de julio, sin embargo, fue posterior a la expropiación del 27 de junio, pero además en ella no se habló de ninguna expropiación. Unas 50 personas asistieron a una junta realizada por una empresa privada, no por el gobierno, en la que se preguntó a los vecinos que querían hacer con el malecón y los “jardines” de la zona.
El comando armado encabezado por Jaime Bueno nunca ofreció a don Mario una indemnización. El decreto, sin embargo, sí establece una indemnización por “avaluó catastral” [sic], lo cual es un robo adicional. El valor comercial de un predio que limita con el lago es muy superior al catastral. Además, la Ley de Expropiaciones del Estado de México establece que debe pagarse valor comercial.
Estamos viendo un verdadero robo a una familia trabajadora que cometió el pecado de tener un terreno junto al lago de Valle de Bravo que provocó la codicia de alguien. El gobernador Ávila tiene la obligación moral de cancelar el despojo.
Gasolina cara
Después del gasolinazo de ayer, la Magna cuesta en México 13.96 por litro. La gasolinera de Pemex en Bissonet Street, en Houston, vende el galón de Regular (mejor que la Magna) a 1.89 dólares, que al tipo de cambio de 19.15 de ayer equivalía a 9.56 pesos por litro.
