Enredados
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Enredados

 

Jorge Alcocer

 

Son muchos y variados los males que aquejan a los partidos políticos en todo el orbe, pero aquí alcanzan dimensiones inéditas por el peculiar desarrollo de las leyes que les son aplicables, y por los excesos en que los propios partidos han incurrido.

Fue don Jesús Reyes Heroles quien pergeñó, en 1977, la definición contenida en el artículo 41 constitucional según la cual los partidos políticos son “entidades de interés público”, y al mismo tiempo “organizaciones de ciudadanos”. Sin embargo, a contrapelo de esas definiciones, que siguen vigentes, desde 1996, con la reforma que estableció el financiamiento público como fuente privilegiada, ahora casi única, para sufragar gastos ordinarios y de campaña, los partidos han devenido en extrañas creaturas que parecen entes públicos, parte del Estado, y cada vez menos de los ciudadanos.

En el camino de las reformas (1996-2014) la sobrerregulación, legal y reglamentaria, de los partidos políticos fue creciendo hasta que su vida interna se convirtió en materia de perpetuo litigio entre militantes, legisladores y dirigentes. Desde que la Sala Superior del TEPJF modificó en 1999 su criterio y pasó a considerar a los partidos como sujetos directos del juicio para la protección de derechos políticos, el número de éstos creció exponencialmente, hasta desnaturalizar el fin y sentido de los propios partidos. Hace años que siete magistrados deciden por encima de los partidos, de sus dirigentes y afiliados.

Dos tareas consumen buena parte de los recursos de los partidos: la defensa de las decisiones que toman sus dirigentes, por impugnaciones de sus militantes, o incluso de personas con intereses difusos, y la presentación de informes de ingresos y gastos, ordinarios y de campaña, ante el INE. Las oficinas contables y legales de los partidos son, con mucho, las de mayor personal y recursos económicos para su sostenimiento.

Creo que ha sido un error imponer a los partidos, casi por inercia, las mismas reglas que a la democracia como sistema político caracterizan. Los partidos, sabe Perogrullo, son una parte de la sociedad, no el todo. En su origen está la coincidencia de ideas, proyectos y programas de ciudadanos que se dan reglas comunes, estatutos, para su convivencia en la misma organización. Son los partidos, o eran, más parecidos a un club que a una dependencia estatal. Pero las reformas y la incontinencia del TEPJF y la Corte por regularlos ha terminado por enredarlos en una maraña de leyes, reglamentos, estatutos y jurisprudencia que desnaturalizan el carácter ciudadano, que debería ser su sello distintivo.

Recuerdo aún, y extraño, la sabiduría de Arnoldo Martínez Verdugo, secretario general del PCM por muchos años, quien me decía: “En este partido la puerta de entrada debe ser muy pequeña, y la de salida muy grande”. Alguien dirá que eso era sectarismo. Yo creo que era una noción elemental y fundamental: en un partido están los que quieren, no los que una autoridad estatal diga que deben estar.

Leo, por ejemplo, que un artículo de los Estatutos del PRD (111) impide a los afiliados que tienen cargos de elección popular no sólo presidir sus comités ejecutivos, sino formar parte de los mismos. Entiendo esa norma tratándose de quienes ocupan cargos de mando (gobernadores, alcaldes) y por tanto disponen del manejo de recursos públicos, pero es un absurdo cuando se trata de legisladores. La norma tuvo que ser rota, por la vía de los hechos, en el conflicto interno que sacude a la bancada perredista en el Senado.

Alejandra Barrales, presidenta del PRD, se vio obligada a regresar a su escaño para así inclinar la balanza en el pleito con el defenestrado Miguel Barbosa. Después de su indebida injerencia en el pleito de los perredistas, al presidente del Senado no le quedó otra que admitir el regreso de Barrales, pues el citado artículo de los Estatutos carece de base constitucional, pese a que el Consejo General del INE lo declaró constitucional. ¡Menudo enredo!

Hay que volver a lo básico, a los partidos como organizaciones de ciudadanos.

 

 

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