“A veces en la vida hay tal confusión que sólo el diálogo del baile parece tener sentido.”
Shah Asad Rizvi
Es un poco después de las 11 de la noche. Suenan las trompetas, el piano y las percusiones. Empieza la música. Es el momento de la alegría. Es el momento de la salsa.
Una parte del espectáculo se da en un escenario elevado en el que un grupo cubano, de tres trompetas, congas, timbales, piano eléctrico, bajo y dos cantantes, ofrece interpretaciones de salsa. Más tarde se suman dos sensuales bailarinas cubanas. El espectáculo, sin embargo, también se despliega abajo, sobre un piso duro de mosaicos cuadriculados rojos y blancos que se convierte en pista en la que un mundo de parejas se aglomera para bailar salsa. La concurrencia es siempre variada e interesante, un verdadero zoológico de personajes diversos. ¡Azúcar!
Las parejas son tan eclécticas como la decoración del lugar. Algunas bailan con torpeza o confunden la salsa con Caballo dorado. Otros se mueven con extraños brinquitos de cumbia. Unos más se deslizan con elegancia bailando salsa Nueva York en línea Algunos se divierten en la rueda de casino en la que ocho o 10 bailarines se mueven en círculo intercambiando lugares y parejas. Deslumbra quienes bailan timba, esa salsa cubana moderna de movimientos sensuales que tanto tiene de africano.
El Mama Rumba es la catedral de la salsa en México. Empezó a funcionar el 2 de noviembre de 1991, por lo que la próxima semana estará cumpliendo un cuarto de siglo. Se creó literalmente en un hoyo en la pared, en una pequeña casa de la calle de Querétaro, esquina con Medellín, en la colonia Roma. Desde la primera vez que llegué ahí, me parece en 1993, el lugar estaba a reventar. Posteriormente se amplió a un local contiguo, pero el lugar nunca ha dejado de saturarse los viernes y los sábados, y muchas veces los jueves también.
Hoy, además de la tradicional sede de la colonia Roma, hay un Mama Rumba en el sur de la ciudad, en Plaza Loreto, que anteriormente estaba en la Plaza de San Jacinto. Hubo también una sucursal en Polanco que ya ha sido cerrada definitivamente.
El Mama Rumba es uno de esos lugares de cultura popular que han surgido, crecido y se han convertido en emblemáticos por un verdadero interés de la gente. Nadie tiene que convencer al público de acudir. Nadie le da un subsidio. Al contrario, el Mama Rumba ha tenido que lidiar con las incertidumbres habituales de quienes operan centros de entretenimiento en una Ciudad de México cada vez más restrictiva y moralista. Este año estuvo cerrado dos meses por razones burocráticas.
El Mama Rumba de la colonia Roma se ha convertido en un destino obligado de diversión para visitantes a la ciudad de México del extranjero o de otros lugares del país. Es tan popular que, sobre todo los viernes, casi no hay espacio para bailar. Pero esto no significa que aquellos que piensan que el baile es indispensable para la salud física y mental no estén dispuestos a tomar la pista y hacerse un espacio a codazos en medio de las demás parejas.
Durante años acudí al Mama Rumba una vez a la semana. El lugar siempre fue para mí un templo de esa libertad que dan la música y el baile. Hoy me resulta mucho más difícil ir, ya que mi programa de radio me obliga a levantarme a las 4:24 de la mañana de lunes a viernes. Pero cuando algún viernes o sábado llego a tener energía, me encanta escaparme un rato. Cuando llegan las 11 de la noche y estalla la salsa me queda claro por qué la música es tan importante para la sensibilidad y el amor.
Globalización
Quienes no entienden la economía piensan que pueden cerrarse las puertas a la globalización. Es imposible. Interjet está negociando una inversión de American Airlines o United. Cuba exige, con apoyo de la Asamblea General de la ONU, que Estados Unidos retire su embargo y le permita abrirse a la globalización.
