No hay moral
 
Hace (81) meses
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Que una bola de maleantes ingrese a una clínica privada y despoje de sus pertenencias a los familiares de los pacientes, eso es no tener madre, aquí y en China, porque además del dolor de tener a un padre, madre, hijo, hermano en cama, tienes que pasar el tremendo susto de que unos jijos de la rechiflada te quiten lo que con mucho esfuerzo adquieres, me cae que no es justo.
Y que me dicen de los pasajeros que literalmente se llevaron un susto cuando al llegar a la comunidad de El Susto en la carretera Pachuca-Tulancingo fueron sorprendidos por delincuentes que se llevaron hasta la cadenita que guardaban celosamente, esperando que el Santísimo los protegiera, eso no tiene nombre.
O el caso de una persona a la que le abrieron el coche en plena luz del día en las inmediaciones del estadio Revolución y al no poder robarse el vehículo optaron por llevarse su morral con el almuerzo.
¡¡ESTÁN CABRONES!!
Y eso que en la escala de valores de los malandros, esos son delitos menores, porque no se han mencionado los ataques con arma de fuego, por ejemplo a un profesor cuando llegaba a su escuela en Tizayuca.
O el secuestro y después incendio de un autobús de pasajeros en el mismo municipio.
O los cadáveres de personas ejecutadas que aparecen de manera frecuente en diferentes regiones del Estado y que “según las autoridades los delitos se cometieron en otros estados y que vienen a tirar aquí”…
Sin contar que a diario se localizan tomas clandestinas y se reportan fugas e incendios en ductos por la incesante ordeña que se ha convertido en el gran negocio de unos cuantos con la complicidad de comunidades que prefieren arriesgar su vida con un negocio que, se ha demostrado, puede acabar en unos cuantos minutos con una población.
Incluso prefieren esconder el hecho de que un pequeño haya sufrido una lesión con una bala perdida, cuando ensayaba el bailable de fin de cursos en el patio de la escuela que se ubica en una comunidad de huachicoleros y a los que los vecinos, ya sea por temor o por complicidad, prefieren no denunciar. Me pregunto, ¿qué hubiera pasado si el niño hubiera muerto?
De verdad que el mundo está al revés.
Cierto es que vivimos en un estado donde las oportunidades son cada vez menos, donde los empleos son bien escasos, ya no digamos mal pagados, sino inexistentes.
Donde decir la verdad es mal visto, y ser honesto, una vergüenza.
Donde las promesas de una mejoría se multiplican, mientras las cifras que se pueden arrancar a través de transparencia nos muestran que hay autoridades que se enriquecen sin ningún pudor con los recursos del erario.
Donde el que roba poquito es pendejo y el que roba mucho es chingón y hasta motivo de envidias.
Y luego se quejan porque las estadísticas muestran que los delitos han aumentado y como consuelo de tontos el argumento es que hay otros piores como Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo.
Se quejan también de líderes que amenazan a sus simpatizantes con multas si no acuden a manifestaciones para exigir millonadas para “supuestas obras” y luego ocurre que esos líderes reciben el dinero y no ejecutan las obras porque quieren manejar los recursos de manera discrecional, o sea como se les venga en gana, pero nadie y cuando digo nadie, es nadie, los llama a cuentas, ni siquiera los simpatizantes que fueron amenazados.
Y por si todo eso no fuera suficiente, ahora todos los que tienen una responsabilidad en el gobierno están empecinados en cacaraquear que ahora si estamos en el umbral de empezar a administrar la bonanza y los cientos de millones que van a llegar, pero que de plano han de venir a pata.
Total que ante la falta de liderazgos, la inseguridad va al alza, mientras las acciones que demuestren que ahora sí el estado va por buen camino, nomás no suben.

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