La sorpresa no ha sido menor; por primera vez en Hidalgo hay una nominación para un Premio Nobel de la Paz, se trata del joven de apenas 19 años Daniel Alonso Rodríguez Pérez, estudiante de Derecho la Universidad Autónoma de Hidalgo, y a quien su preocupación por la inclusión social le ha dado la oportunidad de ser uno de los 318 candidatos a obtener este 2017 tan anhelada distinción.

Sus escasos 19 años no han sido impedimento para que Daniel Alonso haya trabajado arduamente en difundir y defender los derechos de los niños, adolescentes y jóvenes. Daniel, hidalguense de nacimiento y oriundo de Tlaxcoapan, aspira a ser el hombre más joven y el primer mexicano en ganar un Premio Nobel de la Paz.

Y ante eso yo me pregunto: ¿cuántos premios Nobel no tendríamos ya o al menos nominaciones? Si en Hidalgo, cientos de mujeres, hombres, instituciones, maestros difunden diariamente los derechos humanos y se preocupan por la inclusión social, por la paz en nuestro país, por la dignificación, por la igualdad. ¿Cuántos maestros cada día en sus aulas reflexionan con sus alumnos acerca de sus derechos, sus obligaciones, sus responsabilidades? ¿Cuántas madres y padres de familia inculcan en sus hijos valores y amor por su país y sus semejantes? La cantidad de preguntas sería grande, y no así los deseos de otros por ser reconocidos. Lástima de que ellos no han sido nominados.

Por ello, necesitamos más jóvenes como Daniel, con conciencia social y valor para trabajar más por nuestro país, y necesitamos también más maestros como Gabriel Zamora, quien tuvo la idea de nominar a su alumno y con ello motivar a más jóvenes a buscar un cambio en esta sociedad que sólo piensa en la crítica, las descalificaciones, la burla.

Más personas como ellos orientarían los trabajos de la juventud y no sólo se podría buscar la paz, tan necesaria y tan lejana cada vez más, sino más premios de ciencia con los estudios de alumnos hidalguenses que recientemente han trabajado en descubrir alguna cura para alguna enfermedad, o el cultivo plantas que pueden ayudar en el cuidado de algunos padecimientos, o alimentos sanos; o en literatura, con la creación artística de cientos de escritores, poetas, ensayistas o periodistas cuyas creaciones han quedado plasmadas sólo en obras locales.

Tendríamos que preocuparnos por alentar a más niños y jóvenes en buscar mejoras en su vida y la de sus semejantes, y olvidarnos de aquellos que buscan aprobar un examen para un puesto anticorrupción plagiando, quienes roban en el extranjero aprovechándose de un cargo directivo y con acreditaciones de periodista, o quienes en su calidad de figuras públicas buscan no declarar aquellos bienes obtenidos por ganancias de aparentemente lícitas, por citar sólo algunos muy contados casos.

En Hidalgo se necesitan muchos Danieles, chingao, que sin el afán de destacar busquen hacer un cambio de mentalidad en nuestros niños y jóvenes hidalguenses, aún en contra de los que no se preocupan por ellos.

Palabras más, palabras menos

En este Día Mundial del Agua debemos implementar medidas urgentes ante la cada vez más preocupante escasez de este recurso tan necesario. Esperemos que las autoridades sean muy sensibles en administrar con sabiduría el agua, porque me cae que se está acabando.