“Que reinen la alegría y la camaradería, y que la antorcha olímpica mantenga su carrera a través de los tiempos.”
Pierre de Coubertin
Hoy se inauguran los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Ésa es la buena. La mala es que no sé qué tanto podré comentar, por lo menos en mi programa de Radio Red. Las “Normas de acceso a la información para la difusión de los Juegos de la XXXI Olimpiada” del Comité Olímpico Internacional (COI) despliegan un intimidante catálogo de restricciones.
Las empresas titulares de los derechos no tienen límite en la difusión de información, imágenes o sonidos de los Juegos, pero las que no lo son tendrán enormes restricciones, aun cuando sólo busquen dar a conocer lo que está ocurriendo.
Las emisoras de radio y televisión que no sean titulares podrán utilizar solamente seis minutos de “material olímpico”, pero no por programa, sino por día. Este material no puede aparecer en más de tres emisiones de noticias por día. No pueden usarse más de dos minutos de material olímpico en un mismo programa de noticias, pero además cada emisión debe estar separada por más de tres horas. En un mismo programa de noticias no puede mostrarse más de un tercio o 30 segundos, lo que sea menor, de un determinado “acto olímpico”; en los 100 metros planos serian tres segundos. Las emisoras de radio no titulares de los derechos no podrán presentar material en programas que se designen como “olímpicos”.
El material olímpico sólo podrá difundirse tres horas después de la difusión por el titular o después de la media noche si el titular no lo difunde. Además, ese material sólo podrá utilizarse en informativos 48 horas a partir de la conclusión del acto olímpico.
En internet se prohíbe la difusión de material olímpico en servicios de información continua o en video a la demanda. También la conversión a formatos de animación gráfica tipo GIF.
Las reglas son mucho más amplias y las multas importantes. Las limitaciones son lógicas si consideramos que los Juegos Olímpicos son un negocio para el COI y para las empresas que han comprado los derechos, pero dificultan la realización de un trabajo informativo.
Tradicionalmente los Juegos Olímpicos eran transmitidos en México por las dos empresas principales de televisión abierta, Televisa y TV Azteca (con la que yo colaboro). En esta ocasión los derechos fueron adquiridos por América Móvil de Carlos Slim, que transmitirá por internet a través de Claro Sports. Es la primera vez que la cobertura principal de unos Juegos Olímpicos surge de una empresa de internet en vez de televisión abierta.
América Móvil ha vendido derechos de retransmisión a ESPN y Fox Sports para televisión de paga, pero como las reglas del COI obligan a poner cuando menos una parte de las transmisiones en televisión abierta ha cedido derechos a los canales públicos 11 y 22.
Es un experimento interesante. Habrá que medir el interés del público y el rating, pero también la aceptación por los anunciantes, aunque éstos no podrán anunciarse “formalmente” en el 11 y el 22, por ser públicos. Un punto de especial de interés es ver qué tanto logrará posicionarse Claro Sports con sus transmisiones en internet entre un público acostumbrado a ver deportes en televisión abierta.
Yo poco comentaré sobre los Olímpicos. No quiero que le descuenten a mi programa de radio ni un segundo de los dos minutos que nos tocan cada día. No sé ni siquiera si podré festejar cuando un atleta mexicano gane una medalla o si podré gritar “Goool” cuando anote la selección de futbol.
Suspensión en Valle
El juez cuarto de distrito otorgó una suspensión provisional a la familia Villalpando, de Valle de Bravo, que se defiende de una expropiación. Es el primer capítulo de lo que puede ser una larga batalla contra el poderoso gobierno del Estado de México.
