““La cultura no debe entenderse como algo alejado de la gente y de las calles, sino algo que sucede con la gente y en las calles””, esta es la frase que caracterizó la vida y obra de Arturo Herrera Cabañas, activista, investigador y promotor cultural que dejó un legado importante no solo en su familia, sino en la comunidad de Hidalgo. Tan es así que hoy en día existe una fundación en su honor, misma que está celebrando su 30 aniversario. FDS platicó con su esposa, la doctora Irma Eugenia Gutiérrez Mejía.

En una charla sobre la celebración en marcha, ella se centró principalmente en compartir aún más acerca de la labor del hombre multifacético que fue su pareja, quien siempre se preocupó por cultivar las artes, la amistad, la reflexión y el diálogo.

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“Para hablar del aniversario de la Fundación Arturo Herrera Cabañas, primero hay que saber quién era este personaje de la cultura, el arte y la investigación que ha dejado un legado importante en Hidalgo”.

Lo mismo gestionaba apoyos para las comunidades alejadas del estado, que buscaba y promovía el arte y realizaba alpinismo. Era originario de Actopan; en su adolescencia, formó la agrupación cultural Ateneo Actopan, lo que ya daba una idea de lo que iba a ser su vida, que siempre se desarrolló desde el interés por lo cultural. Académicamente, estudió Derecho.

“Primero fue director de Cultura en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y luego entró a la administración pública, donde creó el Archivo Histórico del Estado.

“Él se preocupaba por la vieja arquitectura de Pachuca. Salvó edificios antiguos que estaban destinados a ser derruidos”, comentó Irma, para ligar este dato al hecho de que Herrera Cabañas era un gran amante de la fotografía, por lo que cada semana iba junto con su hermano, Polo, a zonas como La Lagunilla y Tepito para comprar impresiones. Tanto era su gusto por esta arte, que su casa llegó a estar llenísima de estas.

En este contexto fue que Arturo consiguió evitar que no tiraran el edificio que hoy en día es la Fototeca Nacional y que, con sus imágenes, comenzó a darle forma.

“Después fue director de la Casa de las Artesanías, pues siendo de Actopan tenía un gran respeto por la cultura hñahñü. Con este cargo empezó a tratar directamente con los artesanos para que se les pagara lo justo por sus obras, sin intermediarios.”

“Esto le dio la oportunidad de conocer todo el estado de Hidalgo para saber que sus artesanías no son solo de una forma. Supo del valor de los artesanos, tanto que en Ixmiquilpan hizo un taller de lengua hñahñü”.

“Eso era Arturo Herrera. Lo que le interesaba siempre era la búsqueda de obra escrita, reconocía la nueva y se ponía en contacto con los autores. No era tímido, por lo que podía tratarlos a todos. Nos hicimos amigos de Helena Poniatowska, Pablo González Casanova, Agustín Cerón, muchísimas personas a las que invitaba a Pachuca”.

Por otra parte —compartió Gutiérrez Mejía— a Herrera Cabañas no solamente le importaba la ciudad, pues él era alpinista y consideraba que las rocas de Hidalgo eran muy relevantes, por lo que formaba grupos para practicar este deporte.

La doctora recordó que cuando ella trabajaba como médico y pasaba mucho tiempo en la Huasteca, su esposo le ayudaba. “Nos hicimos amigos de un sacerdote y él nos llevaba a las comunidades más necesitadas”.

“Una vez Arturo consiguió una buena cantidad de recursos, porque es cierto, se metía en todos lados y conseguía muchísimas cosas. De gobierno le prestaron una avioneta para llevar material a Huejutla y de ahí a las comunidades. Ese avión se estrelló y ahí murió Arturo”.

A pesar de tan doloroso hecho, la historia de Herrera Cabañas no terminó ahí, pues tanto Irma como sus hijos y amigos tomaron una decisión: “Que no le íbamos a hacer misa, no le íbamos a poner veladores; íbamos a tratar de seguir lo que había hecho. Así nació la Fundación Arturo Herrera, que tiene 30 años de existencia porque siempre hay gente interesada en la cultura, lo que falta son espacios, programas… La familia y yo hemos estado interesados en la fundación, pero también mucha gente, incluso muchos que no conocieron a Arturo”.

Hoy en día, la Fundación Arturo Herrera Cabañas ofrece exposiciones de pintura, da espacios a artesanos para sus talleres y les realiza exposiciones; aquí también hay cursos, conferencias y conciertos.

“Todos los meses hay actividades. Además, hay algo que hacía él y hemos continuado: Muchas veces hay artistas locales que tienen pocas oportunidades de presentar su obra, que es valiosa, pero aquí tienen su casa.

“Lo que hemos seguido haciendo es que la cultura siga en la calle y con la gente. En todos lados te la encuentras”, sostuvo.

Este 2024, las actividades de aniversario se celebran entre abril y mayo; entre las que ya se realizaron están la conferencia de constelaciones desde Pachuca, así como el recorrido de Cantina en cantina, organizado por Marco Díaz e Ivón Vargas; la conferencia Jales mineros y la caminata nocturna al cerro de San Cristóbal.

Este fin de semana se llevará a cabo el taller de cartonería Máscara y pulque, con Espina de Papel; también habrá una caminata al cerro de La Paila, en Singuilucan. La semana entrante se inaugurarán exposiciones y se presentará el Ballet Folclórico FAHC.

El 7 de mayo se entregará la medalla al mérito ciudadano a la arquitecta María Luisa Malo Carús y al artista plástico Enrique Garnica; el día 8 habrá un conversatorio acerca del pasado, presente y futuro del patrimonio cultural del Centro Histórico de Pachuca; el viernes 17 será la conferencia México pintoresco, a cargo del arquitecto Antonio Lorenzo Monterrubio; y el 23 de mayo será la presentación editorial Perros y Poetas.

¿DÓNDE ESTÁ LA FUNDACIÓN ARTURO HERRERA CABAÑAS?

Calle Allende 113, colonia Centro, Pachuca de Soto, Hidalgo