La lucha libre ha tenido un arraigo de más de 90 años en México e Hidalgo; en este tiempo, se ha confirmado como una de sus principales plataformas, a través de la arena Afición.

La entidad tiene sus primeros registros de este deporte con funciones en una antigua plaza de textiles, ubicada por la Villita; posteriormente, también celebraron eventos en lo que hoy es el kínder Amado Nervo, hasta que en 1934 se edificó la primera arena Afición, a espaldas del cine Iracheta.

Sin embargo, la aceptación de la lucha libre en Pachuca obligó a los promotores José Flores Lecona y Benjamín Mora Orta a construir un escenario majestuoso, que pudiera albergar no solo a este deporte, sino que también fungiera como centro de espectáculos y desarrollar otras actividades.

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A partir de 1950, tras adquirir una enorme vecindad en la calle Cuauhtémoc, comenzó la construcción de la nueva arena Afición, que fue inaugurada en una lluviosa noche del 31 de enero de 1952.

En su primer cartel, figuraron nombres de la talla del mítico Cavernario Galindo, el japonés Sugi Sito, así como Ciclón Veloz, quien fue el primer gladiador hidalguense presente en la catedral.

Con el paso del tiempo, José Flores y Benjamín Mora se fueron alejando y cedieron la estafeta a Ricardo Antonio Viornery Islas, quien ha vivido más de 50 años en las filas de la arena Afición, pasando desde taquillero, acomodador, vendedor de dulces hasta, actualmente, promotor.

“Esa la formación que se me dio, que había que conocer de todo, no solamente en la oficina, desde conocer la taquilla, las puertas, cómo se atiende a la gente, dónde hacen la propaganda, etcétera”, compartió en entrevista con Criterio.

En todas estas décadas al frente de la catedral hidalguense, Antonio Viornery consideró que El Santo es la máxima figura que pisó el ring de este escenario, aunque confesó que al Enmascarado de Plata no le gustaba venir, porque el público quería verlo como lo que era: su ídolo, que llegaba en sus lujosos autos a luchar y hacer trizas a sus rivales.

“Debo decir que no le gustaba mucho venir, porque la gente le exigía y a veces se tenía que esforzar demasiado para complacer a la gente. Decía que entre más tiempo se tardara para venir, mejor para él”, detalló.

Incluso, compartió que el público le “perdonaba” todo a Rodolfo Guzmán Huerta, pues en una ocasión no se presentó, estando anunciado; sin embargo, repuso la fecha, sin estar programado, y los pachuqueños abarrotaron el recinto.

“Un día no alcanzó a llegar, venía de otro lugar; entonces, esos son momentos duros para solucionarlos; sin embargo, a los 15 días se anunció fuera de programa, que venía El Santo, una lucha extra fue la de él. La gente sí vino a apoyarlo, cuando pensábamos que podría estar molesta”.

Sin embargo, indicó que El Santo sí tuvo un particular “romance” por la arena Afición, ya que era su lugar predilecto para hacer sus escenas de lucha de las decenas de filmes que protagonizó: “A él le gustaba venir a grabar aquí, porque se le daban todas las facilidades y se le daban”.

Asimismo, compartió que otro referente local de antaño fue Karloff Lagarde, oriundo de Zapotlán de Juárez, quien trascendió nacionalmente tras proyectarse y ganarse el gusto del público de la Afición.

“Durante muchos años fue campeón mundial; destacó primordialmente él, y otros elementos, como el Nazi, de Tulancingo, también campeón nacional”, abundó sobre los ídolos locales, en los cuales, en la actualidad, también figuran Súper Crazy, Aeroboy, Cíclope, Draztick Boy –ahora El Mago–, Miedo Extremo, Dragon Bane y Alpha Wolf, quienes trascendieron internacionalmente.

En contraparte, aunque reconoció que, en su momento, el público de la arena Afición se caracterizó por ser el más exigente, compartió que cuando un luchador era de su agrado, le brindaban su respaldo total.

“De los que más han impactado, primero Frankenstein, que era un luchador que venía de Ciudad Juárez y que subía con cadenas y le ponían una luz especial; antes que él, La Momia, que salía de su féretro, que cargaban sus ayudantes”, expresó Viornery, quien refirió que André el Gigante fue otro elemento que deslumbró en la catedral hidalguense.

Por otra parte, señaló que mantenerse activos en estos 72 años no ha sido una labor sencilla, pues muchos espacios icónicos para la lucha libre, como el Toreo de Cuatro Caminos, la arena Isabel, el Pavillón Azteca, El Cortijo, la Pista Revolución, entre otros espacios, han cerrado sus puertas, pero la arena Afición sigue firme, siendo la tercera más longeva de todo el país.

“A la gente le llama la atención que todavía estamos funcionando, después de tanto tiempo, y sea de las únicas que quedan. Las demás tienden a desaparecer”, expresó. Recordó que han pasado por tres duras etapas, como lo fue el cierre general de la arena, en los 90, por la llegada de la lucha libre estadunidense y la presencia de Triple A en la televisión, así como cuando bajó también sus cortinas por las contingencias sanitarias de la influenza H1N1, en 2009, y la pandemia de Covid-19.

“Duele cuando la gente deja de venir. Volver a empezar nos cuesta trabajo, pero el público nos dice que debemos seguir y esa es la máxima, que el espectáculo debe continuar, suceda lo que suceda, y eso tratamos de hacerlo”, expresó.

Por ello, estos 72 años, los celebra, de forma personal, con mucha nostalgia: “Como cada año que llega, es una felicidad seguir en este negocio y seguir en la promoción. Eso me alienta y me da mucho gusto”.

Para este 2024, agregó que busca mantener y mejorar la calidad de los carteles que han caracterizado a la arena Afición. “Buscamos seguir trabajando y seguir presentando los mejores elencos que existan a nivel nacional y, ¿por qué no?, si llega algún elemento de categoría mundial que se pudiera presentar, como antes lo hacíamos”, señaló.

OTRAS FACETAS DE LA CATEDRAL 

Al ser el único espacio con una capacidad considerable, a la par de las funciones, también albergó otras actividades, tanto artísticas y culturales, que fueron bien recibidas por los pachuqueños. 

Una de las facetas que más aceptó la gente fue la de centro de espectáculos, en la que, así como varios luchadores importantes, también grandes artistas hicieron debut en la arena Afición. 

Una de ellas fue María Elena Velasco, quien aquí se presentó como La India María: “Venía y salió sin estar anunciada”. 

Asimismo, Vicente Fernández, el máximo ídolo de la música regional mexicana, también cantó por primera vez en un escenario en la arena Afición, donde su debut se dio para hacer tiempo en lo que arribaban el roster principal de La Caravana Corona. 

“Se accidentó el camión que traía a los artistas; él estaba durmiendo en otro autobús y lo mandaron llamar. Hizo su presentación y cantó hora y media, que es el tiempo que necesitábamos para que llegara el otro autobús, pero ya todo el mundo hablaba de la persona que se presentó al inicio”, compartió.

Asimismo, en la arena Afición albergó funciones de circo, teatro, hipnotismo, festivales, así como también anualmente es la sede para el sorteo del servicio militar. 

“A lo largo de este tiempo hemos traído de todo, principalmente espectáculos que se pueden prestar a las condiciones de este local”, comentó.