Hace dos años Roma despidió a su último emperador, hoy le dijo adiós a su último gran gladiador.
Más de 60 mil giallorossi acudieron al último partido del capitán Daniele de Rossi, tras 18 años de carrera, en el que la Roma se impuso 2-1 al Parma.

Tuvo un retiro digno de leyenda. El número 16 abandonó el campo y vio desde fuera el tanto de Diego Perotti, que junto al de Lorenzo Pellegrini le dieron la victoria a la Loba. No hubo futbolista que no se acercara a abrazarlo, incluso del Parma, que tuvo a Gianluigi Buffon, canterano del equipo, como un aficionado más en el Olímpico, otro que se rindió a DDR.

Fue un adiós poco esperado y quizás por eso más emotivo. Hasta la ciudad, que días previos había estado soleada, colaboró al entorno con lluvia durante todo el día. No paró ni cuando De Rossi salió del vestidor por última vez para saludar al rival, a los suyos, y a Francesco Totti, con quien compartió 15 años la camiseta del cuadro capitalino.

De Rossi le dijo adiós a 16 años de carrera con el club con el que debutó en la temporada 2001-2002 y con el que labró toda su trayectoria, misma que lo llevó a representar a la Nazionale desde el 2004, teniendo en su punto más importante el título que levantó en el Mundial de Alemania 2006.

Ulises Gutiérrez  I Agencia Reforma