Alguien por ahí que le eche la mano con un buen consejo a mi carnalito Marcel Ruiz, quien para el mundo es el novato sensación del Apertura 2018, atacante de Gallos y verdugo de los Pumas, pero parece que su novia lo quiere solo para ella.

Precisamente después de llenarse de gloria en Ciudad Universitaria hace una semana, el joven de 17 años se tardó un siglo en abandonar el vestidor visitante y cuando lo hizo fue porque ya no quedaba nadie.

Ahí fue cuando lo pillaron con el celular en el cachete y la típica conversación de preparatorianos:
-”Sí, mi amor… sí, yo también”-, silencio prolongado.

-”No, mi amor, es que ya voy para el autobús, no es otra cosa”-, otro
silencio prolongado.

-”Sí, mi amor, ahorita que salga, en cuanto me suba al autobús, te vuelvo a marcar”-.

Y entonces alguien le gritó “Ya dile que te suelte un rato”, pues había una persona esperándolo al pie del vehículo, a quien el jugador le pidió ver su asunto rápido porque “llevo un poco de prisa”.

¡Pues claro!, la chamaca estaba esperando la llamada con un cargamento de reclamos por cada segundo
de tardanza.

Futbolista profesional y adolescente enamorado, vaya vida complicada la que tiene el muchachito de Gallos.

DE DUDOSA ‘CALIDAD’
La paranoia ya se desató en Ecuador porque José Manuel Ayoví, fichaje estrella del Barcelona de Guayaquil, lleva casi dos meses sin debutar siquiera y suena cada vez con más fuerza la versión de que el delantero que llegó proveniente de los Cafetaleros de Tapachula dio positivo en el futbol mexicano.

Poco consuelo encuentran mis compas ecuatorianos en las promesas de amor eterno de Ayoví, quien hasta se jactó de haber despreciado una oferta del Emelec, porque creen que su inactividad tiene que ver con ese problema del que nadie ha querido hablar, pero que lo haría inelegible para jugar y aunque no deja de ser un chisme, más de uno en Guayaquil está nerviosito pensando que se hizo una mala inversión por llevar de nueva cuenta a sus filas a quien pasó sin mucha gloria por Dorados, Tijuana, Chiapas y Cafetaleros en este rincón del continente.

DIETA DE ENTRENADOR
Ahora que José Antonio El Gringo Castro vive su nueva faceta de entrenador de fuerzas básicas en Cruz Azul, puede darse lujos que de jugador estaban prohibidísimos.

Por eso, no es raro ver al exseleccionado nacional entrándole con singular alegría a los taquitos y tortas que se venden en las inmediaciones de La Noria.

Ojalá que sus muchachos no lo vean y decidan seguir su ejemplo, aunque para malos ejemplos que dio cierto personaje que compraba chelas después de entrenar, unos tacos son inofensivos… Saludos, mi Gullit.

San Cadilla