Sin el afán de buscar culpables, Canek no se explica cómo fue que las personas que estaban en el ring con Silver King, así como quienes se encontraban afuera, no se dieron cuenta que estaba mal, dejándolo siete minutos sin la atención que pudo cambiar la historia.

El legendario luchador conocía a Silver desde que este tenía seis años, pues el tabasqueño ya luchaba con su padre. De ahí, que le duela la muerte de César González.

“Todos nos damos cuenta, hasta el que no sabe de lucha, que cuando un cuerpo no es manejable o no se mueve es porque le está pasando algo. Aquí, no puede ser que no se hayan dado cuenta que andaba mal, pues ni los que estaban viendo la lucha ni los de adentro se percataron, cosa que me extraña mucho, porque había mucha gente de experiencia ahí.

“Chequé el tiempo y fueron siete minutos que se quedó tendido sin auxilio. No quiero hablar de más (de Juventud Guerrera), pero hay rivales y compañeros que se sienten soñados y creen que nada más son ellos.

Si este muchacho tiene problemas con su papá (Fuerza Guerrera), qué le importan los demás. Si tiene problemas con la familia, los demás salen sobrando, pues cada quien ve para sí mismo”, dijo.

Agregó que, como ser humano, el réferi Black Terry debió dar por terminada la lucha cuando vio que no había respuesta de Silver.

“No hay que buscar un culpable, las cosas sucedieron y ahí están. Desde que empezó la lucha, ellos andaban abajo del ring y Silver se empezó a jalar la máscara de la nariz, como si le estuviera faltando el aire.

Cuando él está mal totalmente (inconsciente) no sé cómo este muchacho (Juventud Guerrera) no se dio cuenta de nada, pues todavía lo quería voltear y no podía. Ya era un cuerpo que no era manejable y lo volteó a fuerzas. Es bueno sentirse Superman, pero hay que pensar en que uno puede estar en las mismas circunstancias”, comentó.

Jorge Marrón I Agencia Reforma

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